Triángulo Rusia, Irán y los países del Golfo

El 11 de octubre, el presidente de los EAU, Mohammed bin Zayed Al Nahyan, llegó a San Petersburgo para entrevistarse con el presidente ruso Vladimir Putin. La visita se produjo inmediatamente después de nuevos ataques masivos contra las infraestructuras de Ucrania en el marco de una operación militar especial. Además, la víspera, los ministros de los países de la OPEP+ se reunieron en Viena y decidieron reducir la producción de petróleo, lo que golpeó los intereses de EE.

En EE.UU., incluso volvieron a discutir la adopción del proyecto de ley No Oil Producing and Exporting Cartels Act (NOPEC), que podría dar al Departamento de Justicia de EE.UU. autoridad para demandar a los miembros de la OPEP por violaciones de las leyes antimonopolio. En medio de los esfuerzos por establecer un tope de precios para el petróleo ruso, tal y como anunciaron los representantes del cártel neoliberal antirruso, los recortes de producción están alterando claramente sus planes.

Aunque el Occidente colectivo, en este momento, convierte a Rusia en un paria, hay que tener en cuenta que Irán y Venezuela también forman parte del club de los partidarios de la multipolaridad, el eje del bien, como llamaba a esta cooperación el difunto presidente venezolano Hugo Chávez. Y parece que el eje del bien podría ganar nuevos miembros. Al menos otros Estados miembros de la OPEP tienen un interés pragmático en la multipolaridad.

Arabia Saudí es uno de ellos. Mientras tanto, los dirigentes de este país tienen una relación bastante tensa con Estados Unidos, por lo que sabían con seguridad que la administración Biden no estaría contenta con la decisión de reducir la producción de petróleo.

Joe Biden mismo culpó directamente a Rusia y a Arabia Saudita por el aumento de los precios de la gasolina en Estados Unidos. «Todos los costes de la cocina van a subir, no a bajar. Me doy cuenta de que los costes están subiendo en los alimentos. Pude bajar la gasolina más de 1,60 dólares, pero está… está subiendo por lo que acaban de hacer los rusos y los saudíes», dijo, en su intervención en la planta del Grupo Volvo.

Cabe recordar que los demócratas están muy indignados por el respeto a los derechos humanos en Arabia Saudí, buscando también cualquier oportunidad para castigar al príncipe heredero Mohammed bin Salman al-Saud por el caso del periodista asesinado Khashogi.

A pesar de estos exabruptos de los dirigentes estadounidenses, Arabia Saudí tiene su propia motivación para reducir la producción de petróleo. Ante la proximidad de la recesión y la disminución de la demanda de energía, Riad busca mantener el nivel de los precios del petróleo en el futuro próximo. Entienden que es poco probable que Estados Unidos ayude a estabilizar su economía, que sigue siendo bastante frágil e inestable ante las fluctuaciones de los precios y necesita gran cantidad de fondos para programas de desarrollo económico y diversificación.

Para el próximo año, se espera que Arabia Saudí necesite un precio de 69 a 76 dólares por barril de petróleo para equilibrar su presupuesto. De acuerdo con el programa económico Visión 2030, no debe haber interrupciones en el éxito de varios sectores y el desarrollo de nuevas tecnologías. Por eso están construyendo su estrategia basándose en sus propios intereses, sin mirar atrás a Estados Unidos.

Mientras que en Washington, en vísperas de las elecciones al Congreso, tal decisión parece una conspiración de Rusia y Arabia Saudí contra el Partido Demócrata. De ahí las declaraciones de la Casa Blanca sobre la posibilidad de revisar las relaciones con Riad. Incluso se han escuchado voces que piden la retirada de las tropas estadounidenses de Arabia Saudí y de los Emiratos.

Si esto ocurriera, Moscú podría estar celebrando una nueva victoria en Oriente Medio, sin ningún esfuerzo por su parte. Washington está intimidando a Arabia Saudí y a Emiratos con una posible agresión de Irán. Pero por el momento, debido a las protestas masivas, Teherán es incapaz de llevar a cabo tal acción. Lo único que pueden hacer todavía las Fuerzas Armadas de Irán y la IRGC es atacar ocasionalmente el territorio del Kurdistán iraquí, de forma similar a las acciones llevadas a cabo por Turquía. Al mismo tiempo, Irán está desarrollando intensamente la cooperación con Rusia, también en el sector del petróleo y el gas.

Moscú podría desempeñar un papel unificador entre los Estados de Oriente Medio ofreciéndose a mediar en las disputas y reclamaciones mutuas, lo que le abriría además el camino a la región, incluido Yemen, donde el conflicto continúa. Lo más importante es que este esfuerzo abriría el camino a la diplomacia no occidental. Y dado que los métodos occidentales y sus derivados (incluidas las decisiones de la ONU) han demostrado ser un fracaso, existe la posibilidad de que las acciones de Rusia, si son lo suficientemente competentes y coherentes, puedan efectivamente conducir a la distensión en la región.

Los suministros de material militar de Rusia y la asistencia en materia de seguridad también podrían formar parte del paquete de soluciones de Moscú para Arabia Saudí y Emiratos. Estos países no han impuesto sanciones a Rusia y se están alejando progresivamente de la cooperación con Occidente, lo que indica un clima geopolítico favorable a Moscú.

Fte. Geostrategic Media