NLAW: El misil antitanque que hace sudar a Putin en Ucrania

La Next Generation Light Anti-tank Weapon, NLAW, se ha convirtido en un símbolo de la combativa resistencia ucraniana. Con el aumento de las bajas rusas, el campo ucraniano se ha convertido en un cementerio de equipos rusos, sobre todo de tanques descascarillados perdidos por las defensas ucranianas relativamente sencillas, especialmente el NLAW.

El Reino Unido y Suecia se repartieron los costes de desarrollo del NLAW, y Saab Bofors Dynamics se encargó del diseño. A partir de la década de 1990, y hasta 2008, la fase de desarrollo se prolongó para cumplir un rígido conjunto de requisitos: peso máximo de 28 libras, retroceso reducido, alcance efectivo mínimo de 20 metros y adaptabilidad medioambiental que permitiera su uso en operaciones internacionales. El resultado ha demostrado ser un sistema de armas eficaz pero asequible.

Fácil de usar, fácil de transportar

El ministro de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, estima que Rusia ha perdido más de 600 tanques. De esos 600, los ucranianos estiman que entre el 30 y el 40 por ciento han caído en manos del venerable NLAW, que se comprende que se haya convertido en el «arma preferida» de la infantería ucraniana encargada de destruir tanques. El éxito del NLAW se atribuye principalmente a la facilidad de transporte y de uso del sistema.

Con un peso de sólo 28 libras (incluyendo un misil de 14 libras y una ojiva de 4 libras), el NLAW es un misil de un solo uso lanzado desde el hombro y diseñado para los soldados de infantería. El sistema de puntería «dispara y olvida» del NLAW se basa en un sistema de guía de línea de visión predecible (PLOS), que requiere una formación limitada para su manejo. Con el PLOS, un soldado de infantería puede seguir un objetivo durante tres o cinco segundos a través de la mira del lanzador de misiles antes de disparar. El software a bordo del misil extrapola los datos recogidos durante los segundos de seguimiento, y traza una predicción de la ruta, para interceptar el objetivo en movimiento. Una vez disparado, un sistema de navegación inercial guía el misil, de forma autónoma, por la trayectoria de vuelo preprogramada hacia el objetivo.

El NLAW dispone de dos modos distintos: “overfly top attack” (ataque desde arriba) (OTA) y ataque directo (DA). En el modo OTA, el misil NLAW vuela un metro por encima de la línea de visión y se cruza con el objetivo desde arriba, idealmente en un ángulo perpendicular. La OTA se basa en sensores magnéticos y en una espoleta de proximidad para detonar a una distancia predeterminada del objetivo. Se estima que las espoletas de proximidad son entre cinco y diez veces más letales que una espoleta de contacto convencional, que el NLAW usa cuando opera en modo DA.

Para evitar la detonación al sobrevolar objetivos no deseados, el misil del NLAW se puede preconfigurar para que se active sólo después de volar una distancia específica. Y si el NLAW no alcanza su objetivo, el misil se autodestruirá tras unos cinco segundos de vuelo, o 3.300 pies recorridos.

Ucrania depende en gran medida del Reino Unido para el NLAW. Cuando las fuerzas rusas se congregaron a lo largo de la frontera ucraniana a mediados de enero, el Reino Unido inició el envío de aviones de carga C-17, cargados con diez palés de misiles cada uno. Hasta la fecha, el Reino Unido ha proporcionado más de 3.500 NLAW a los ucranianos. Además, envió 30 paracaidistas para entrenar a los soldados ucranianos en su manejo. Sin duda, se eligió el NLAW por la rapidez con la que se podía enseñar a las nuevas tropas a empelar el rudimentario sistema de “dispara y olvida”. A finales de marzo, los británicos, reconociendo la eficacia del NLAW durante el primer mes de la crisis ucraniana, se comprometieron a entregar 6.000 NLAW más a Ucrania.

Fte. 19fortyfive