Trump podría dar un golpe potencialmente mortal a la OTAN

Un ex miembro del National Security Council de Trump denuncia el plan de retirar las tropas de EE.UU. de Alemania.

El reciente anuncio del Presidente Trump acerca de grandes reducciones de tropas en Alemania, debe ser visto como lo que es: un golpe potencialmente mortal a la solidaridad de la OTAN. La decisión, supuestamente tomada sin notificación o consulta con el gobierno alemán, aliados, el Congreso o el Pentágono, fue supuestamente impulsada por la falta de pago de Alemania de su «parte justa». Las repercusiones sacudirán a la OTAN hasta su núcleo.

En este debate, los hechos importan. En 2014, tras la intervención de Rusia en el este de Ucrania, todos los aliados de la OTAN acordaron «trabajar para» gastar el 2 por ciento del PIB en defensa para 2024. En general, la Alianza ha hecho un progreso impresionante desde entonces, aumentando el gasto de defensa en decenas de miles de millones de dólares. El año pasado, nuestros aliados europeos gastaron 302 mil millones de dólares en defensa, más del cuádruple del presupuesto de defensa ruso. En términos de soldados, tanques, aviones de combate y buques de guerra, sus existencias superan con creces las de Rusia. Por parte de USA, sólo una pequeña fracción, tal vez el 10 por ciento de las fuerzas de combate y el gasto de defensa de EE.UU. se encuentran en o destinados hacia Europa.

En cuanto a Alemania, ha aumentado desde 2014 su gasto de defensa en un 36 por ciento hasta 49.300 millones de dólares, el mayor aumento del presupuesto de defensa entre los 15 principales estados del mundo. Con un 2 por ciento, Alemania por sí sola superaría a Rusia en defensa. Ningún otro aliado paga una parte más alta del presupuesto operativo común de la OTAN. Como la mayor potencia económica y política de Europa, Alemania importa. No hay OTAN sin una Alemania comprometida y respetada.

Seguramente, Alemania puede hacerlo mejor. La preparación militar alemana es pobre, y las tarifas que Bonn cobra a los EE.UU. para basar sus fuerzas en Alemania pueden y deben ser renegociadas. La cooperación alemana con Rusia en el gaseeoducto Nord Stream II aumentará la dependencia europea de la energía barata de Rusia, debilitando a Ucrania por la pérdida de las tasas de tránsito. Las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Alemania incluyen desigualdades y desequilibrios que merecen soluciones justas y razonables. Estos puntos de fricción reflejan la realidad de que la Canciller Merkel preside una coalición de gobierno que incluye a los socialdemócratas, un partido de centro-izquierda que controla los importantes ministerios de finanzas, asuntos exteriores y trabajo. Hacer lo que Trump exige, ahora, inmediatamente, haría que Merkel dejara el cargo. No es una demanda razonable para hacer a un aliado soberano.

El Congreso americano y sus dos partidos políticos no suelen estar de acuerdo en mucho, pero la importancia de la OTAN es un tema que cuenta con un apoyo genuinamente bipartidista. La Organización del Tratado del Atlántico Norte incluye 30 aliados y 40 socios oficiales, entre ellos Suecia, Finlandia, Corea del Sur, Australia y Japón, que juntos constituyen alrededor del 70 por ciento de la capacidad militar y económica del planeta. Puede que haya afinidad cultural, valores comunes e intereses compartidos, pero hay poco altruismo. Estados Unidos dirige y apoya la OTAN, ante todo, porque es en su interés nacional. Es precisamente por eso que la OTAN ha sido la base de la seguridad nacional americana durante más de siete décadas, a través de administraciones republicanas y demócratas, en la paz y en la guerra.

La Estrategia de Seguridad Nacional de 2017, cuyo autor es el Asesor de Seguridad Nacional H.R. McMaster y su equipo, reconoció explícitamente esta realidad central. Aunque firmada por el Presidente, sigue siendo todo menos letra muerta, al menos con respecto a Europa y la OTAN. En contra del consejo de su gabinete y del Consejo de Seguridad Nacional, el Presidente Trump atacó con rudeza a los jefes de Estado de la OTAN en su primera Cumbre de la OTAN, derogó los Acuerdos Climáticos de París y el acuerdo nuclear con Irán, condenó a la Unión Europea e inauguró una serie continua y creciente de controversias comerciales. Uno a uno, los altos funcionarios de la Administración que defendían la importancia de unas relaciones transatlánticas sólidas, como McMaster, Tillerson, Mattis, Kelley, fueron despedidos y denigrados.

Como resultado, la OTAN está hoy más preocupada que nunca, y su confianza en el liderazgo de EE.UU. se ha visto muy afectada. La OTAN se enfrenta a enormes desafíos: su capacidad para afrontar un resurgimiento y un peligroso desafío ruso, obstaculizada por los flujos masivos de refugiados, la pandemia de COVID y los trastornos económicos. En toda Europa, el ascenso de los partidos de extrema derecha es alentado por Rusia. A lo largo del flanco sur, Grecia, Italia y España están más preocupadas por sus economías frágiles y endeudadas que por la seguridad colectiva. En Hungría, la República Checa, Bulgaria y Rumania, el retroceso democrático y la corrupción han alcanzado proporciones alarmantes, con la ayuda de la subversión rusa. El deslizamiento de Turquía hacia el autoritarismo ha introducido más división y tensión dentro de la OTAN.

En medio de estas preocupaciones, un ataque políticamente brutal a Alemania no puede significar más que poner en peligro las relaciones transatlánticas. Cada vez más, ese parece ser el objetivo de la Administración USA. Como muchos han señalado, el único ganador aquí es la Federación Rusa, deseosa de fracturar la OTAN y preparada a lo largo de su frágil flanco oriental con fuertes fuerzas militares y un atractivo por la agresión militar. Las próximas elecciones pondrán de relieve el futuro de la OTAN como una de las cuestiones más cruciales de política exterior en juego. Que los americanos elijan sabiamente.

Fte.: Defense One – R.D. Hooker, Jr. fue Special Assistant to the President and Senior Director for Europe and Russia en el Consejo de Seguridad Nacional desde abril de 2017 hasta julio de 2018.

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