Por qué Rusia, China y EE.UU. están ampliando repentinamente sus instalaciones de ensayo de armas nucleares

Recientes fotografías por satélite de los centros de pruebas nucleares de Estados Unidos, Rusia y China indican que los tres están tomando medidas para remodelar sus centros de pruebas de armas nucleares. Ninguno las ha realizado desde la década de 1990, pero los tres tienen razones viables para reanudarlas. Un obstáculo importante para la reanudación son las repercusiones diplomáticas y políticas que acompañarían a una prueba de este tipo, ya que el resto del mundo la condenaría.

Un enfrentamiento a tres bandas

La CNN pidió a unos expertos que revisaran las imágenes de las instalaciones de pruebas nucleares de Estados Unidos, Rusia y China tomadas desde satélites comerciales Planet. Los expertos llegaron a la conclusión de que se había producido un aumento de la actividad en los tres, incluidos «nuevos túneles bajo las montañas, nuevas carreteras e instalaciones de almacenamiento, así como un aumento del tráfico de vehículos que entraban y salían de ellos».

Las pruebas nucleares suelen realizarse bajo tierra para contener la explosión y la radiactividad, que pueden ser transportadas por el viento y poner en peligro a las poblaciones cercanas. Las montañas son especialmente útiles, ya que los probadores pueden excavar horizontalmente, no verticalmente, para crear un espacio que contenga la explosión.

Estados Unidos realizó su última prueba nuclear en 1992, la Unión Soviética en 1990 y China en 1996. (Rusia heredó el arsenal nuclear de la Unión Soviética.) Los tres países, que juntos suman más del 92% de todas las armas nucleares del mundo, se han abstenido durante décadas de realizar ensayos nucleares en lo que equivale a una prohibición no oficial. Existe un Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares que prohíbe todas las explosiones de armas nucleares, pero no ha entrado en vigor porque ocho países, entre ellos Estados Unidos, no lo han ratificado.

En otras palabras, no hay ninguna razón legal por la que un país no pueda probar un arma nuclear. Aun así, aunque cada uno de los «tres grandes» tiene razones por las que querría reanudar las pruebas, ninguno lo ha hecho hasta ahora: nadie quiere la condena internacional que acompañaría a la reanudación de las pruebas.

Las armas nucleares de Estados Unidos

Estados Unidos tiene 5.244 cabezas nucleares divididas en ocho tipos, que equipan misiles terrestres, bombarderos y submarinos. Estados Unidos confía bastante en la fiabilidad de su arsenal nuclear, pero siempre puede haber un fallo oculto que impida que un arma alcance el rendimiento designado: toda su potencia explosiva. Más pruebas nucleares también podrían ayudar a desvelar por completo los secretos del funcionamiento de las armas nucleares.

El Departamento de Energía y el Departamento de Defensa de EE.UU. han desarrollado dos nuevos tipos de armas, la bomba nuclear de gravedad B61-12 y la ojiva de misil lanzada desde submarino W76-2, sin llegar a detonar ninguna. Ambas ojivas son derivados de diseños existentes: la B61-12 es sólo la última de la larga serie de bombas B61 que se remontan a la década de 1960, mientras que la W76-2 es un derivado de la ojiva W76 con un rendimiento explosivo mucho menor.

Las armas nucleares rusas

Rusia posee 5.589 ojivas nucleares divididas en diez o más tipos, desde armas estratégicas montadas en misiles de largo alcance, bombarderos y submarinos hasta armas nucleares tácticas de bajo rendimiento lanzadas por cohetes y misiles de crucero. El actual Gobierno ruso nunca ha probado un arma nuclear, pero heredó armas, instalaciones y expertos nucleares cuando se disolvió la Unión Soviética en 1991.

Rusia dependía en gran medida de las armas nucleares tras la desintegración de la URSS, en función de una economía pobre y una amplia zona geográfica que necesitaba defender. También es conocida por usar las pruebas de armamento y los ejercicios militares como una forma de ruido de sables, para amenazar a estados más débiles y proyectar fuerza contra Estados Unidos y la OTAN. La mala actuación de Rusia en Ucrania puede convertir la última demostración de fuerza en una opción atractiva.

También es probable que a Moscú le atormente la posibilidad de probar un arma fallida. Aunque los tres países corren el riesgo de probar un arma con este resultado, realizar una prueba para intimidar a sus enemigos sería contraproducente si la bomba no funcionara.

Las armas nucleares de China

China es probablemente el país que más ganaría con la reanudación de las pruebas de armas nucleares. Cuenta con un arsenal permanente de 410 armas nucleares, con tan sólo entre cuatro y seis tipos diferentes de ojivas. Dejó de realizar pruebas en 1996, y en aquel momento contaba con el arsenal más primitivo de las tres potencias. A diferencia de Estados Unidos y Rusia, China buscaba principalmente bombas de alto rendimiento y fiables para compensar la escasa precisión de sus misiles.

China se encuentra en pleno proceso de armamentismo nuclear, habiendo añadido entre 100 y 150 cabezas nucleares en la última década. También ha añadido varios tipos nuevos de sistemas vectores, como el misil balístico intercontinental DF-41, el misil lanzado desde submarinos JL-3 y el muy esperado bombardero furtivo H-20. Es probable que Pekín quiera nuevas armas de guerra más pequeñas y más potentes. Es probable que Pekín quiera ojivas nuevas y más pequeñas para estos sistemas, sobre todo si quiere un solo misil capaz de atacar varios objetivos.

Aunque el modelado y la predicción por ordenador podrían dar a China cierto grado de confianza en que un nuevo diseño de ojiva funciona, nadie lo sabrá con seguridad hasta que se pruebe.

Lo que hay que saber

La situación actual en materia de ensayos nucleares se encuentra en un punto muerto, con las tres mayores potencias nucleares a la espera de ver quién prueba primero, si es que alguien lo hace. Cada una tiene sus propias razones para reanudar las pruebas nucleares, pero ninguna quiere el estigma de ser la primera en romper la prohibición informal. El segundo país en realizar pruebas atraería mucha menos atención, y el tercero aún menos. Aunque no sabemos cuándo tendrá lugar la primera nueva prueba, es probable que la segunda prueba por parte de otro país se produzca muy poco después.

Fte. Popular Mechanics (Kyle Mizokami)

Kyle Mizokami escribe sobre temas de defensa y seguridad y trabaja en Popular Mechanics desde 2015. Los artículos de Kyle han aparecido en The Daily Beast, U.S. Naval Institute News, The Diplomat, Foreign Policy, Combat Aircraft Monthly y VICE News, entre otros.