Nuevo visor que puede predecir la trayectoria de una bala…antes de que el soldado apriete el gatillo

El Ejército de Estados Unidos ha elegido un nuevo visor futurista para su próxima generación de armas de infantería. El contrato, potencialmente valorado en 2.700 millones de dólares, ha sido adjudicado a Vortex Optics. El visor permite disparar eficazmente a distancias aún mayores, al predecir la trayectoria de una bala antes de apretar el gatillo. Los visores Next-Generation Squad Weapons-Fire Control (NGSW-FC), como se denominan los visores, irán en el nuevo Next-Generation Squad Weapons-Rifle (NGSW-R) y en el Next-Generation Squad Weapons-Automatic Rifle (NGSW-AR), cuya selección está prevista para este año.

Durante cientos de años, se han empleado «miras de hierro» que, cuando se emplean correctamente permiten disparar con precisión a corta distancia. A mayor distancia, se ajustan manualmente para compensar la caída de la trayectoria de la bala, debido a la gravedad y el viento.

El sistema es viable, pero también requiere que el tirador determine la distancia al objetivo y la velocidad del viento. Incluso las ópticas más recientes, como la de M68 y la ACOG, permiten compensar la caída de las balas, pero no pueden hacer el cáculo. Conocer la distancia al objetivo y la velocidad del viento es fundamental, ya que el proyectil M855 de 5,56 milímetros para la carabina M4 del ejército impactará casi 13 pulgadas más abajo y ocho pulgadas en la dirección del viento a 300 yardas que a 100 yardas. En esas condiciones, un disparo dirigido a un objeto del tamaño de una cabeza será probablemente un fallo.

En la década de 1970, los ejércitos comenzaron a equipar los tanques con ordenadores balísticos y láseres de alcance. A diferencia de los sistemas anteriores, que exigían a las tripulaciones estimar la distancia a un tanque enemigo, los láseres pueden determinar instantáneamente. Los tanques también están equipados con sensores de viento para detectar la velocidad y la dirección del viento. El ordenador balístico toma los datos y la balística de la munición y determina instantáneamente el lugar del impacto. Todo esto permite la probabilidad de acierto del 90 por ciento o más  con el primer disparo a en la primera ronda muy alta, del 90 por ciento o más a casi 2.000m.

Los ordenadores balísticos solían pesar cientos de kilos, pero gracias a la miniaturización de los circuitos integrados, uno moderno puede caber en la parte superior del fusil de un soldado, y eso es esencialmente lo que ha hecho Vortex Optics. Al parecer, Vortex tomó su visor Razor, una óptica variable de baja potencia, y lo combinó con un ordenador balístico y un telémetro láser.

El NGSW-FC se acopla al raíl Picatinny M1913 que va a lo largo de la mayoría de los fusiles de la OTAN. Ofrece un aumento de 1x a 8x y lo que Vortex denomina un «sistema de control de tiro con retícula activa», que proporciona al usuario un punto de mira ajustado que tiene en cuenta la caída de la bala y el viento. Al igual que los tanques de los años 70, todo esto, según la compañía, «aumenta la probabilidad de acierto con el primer disparo».

La nueva óptica se puede usar en las carabinas M4A1 existentes, pero está destinada principalmente al fusil NGSW (destinado a sustituir a la carabina M4A1) y al fusil automático NGSW (destinado a sustituir al arma automática de escuadra M249).

Fte. Popular Mechanics