La Armada de Estados Unidos está desarrollando una nueva generación de robots submarinos autónomos que prácticamente no generan ruido mientras navegan.
Para fabricar los actuadores, componentes que se mueven y ayudan a controlar los sistemas generales, se están inspirando en la biología de las criaturas que habitan en las aguas donde operarán esos vehículos futuristas.
Según la declaración de trabajo para una sinopsis y una solicitud combinadas publicadas recientemente, los miembros de la Warfare Center Division Naval Undersea de Newport, Rhode Island, pretenden recurrir a «Hydraulicully Amplified Self-Healing Electrostatic (HASEL) solid-state, soft actuators que imitan la forma y la función de las estructuras biomecánicas de los grandes peces pelágicos de alto rendimiento».
Estos peces, como el atún y el pez espada, suelen habitar el mar abierto, lejos de la costa o del fondo marino. Al construir los robots, la Armada parece estar interesada en parte en copiar la capacidad de este tipo de animales acuáticos para reparar heridas graves completamente por sí mismos, incluso haciendo crecer de nuevo algunas de sus aletas.
Este trabajo se enmarca en el programa de propulsores bioinspirados de la Navy, cuyo objetivo es crear máquinas blandas pero estables similares a las de los peces, que no incluyan componentes metálicos giratorios, no produzcan ruido radiado y puedan funcionar a presiones de toda la profundidad del océano.
En el programa, además de los responsables del diseño de sistemas potencialmente revolucionarios con componentes influidos por las complejidades de la naturaleza, los miembros del laboratorio nacional, han sido pioneros en la creación de un chip informático neuro-mórfico basado en el cerebro de las abejas, por ejemplo.
A través de este proyecto, la Navy quiere adquirir actuadores personalizados y desarrollar «nuevas geometrías de dichos actuadores para la creación de prototipos robóticos submarinos», señala el documento, para lo que pretende recurrir a un contratista que pueda construir prototipos utilizables que puedan soportar experimentos en bancos de pruebas «bajo escenarios de alta presión fuera de los recipientes a presión, donde los motores eléctricos convencionales fallarían».
La declaración de trabajo añade que los actuadores «deben ser insensibles a la presión, ser capaces de imitar el rendimiento de los músculos biológicos y las unidades individuales deben ser fácilmente reemplazables en caso de fallo».
Fte. Nextgov