La irrupción nuclear de China y la agresión en curso de Rusia dejan a muchos analistas occidentales con la incertidumbre de qué hay en las mentes de Xi Jinping y Vladimir Putin. La disuasión nuclear sigue siendo la estrategia más potente para evitar una guerra entre grandes potencias y la escalada que supondría la muerte de millones de personas.
En la disuasión nuclear, donde hay mucho en juego y las consecuencias de un fracaso son catastróficas, las narrativas desempeñan un papel crucial en la configuración de la estrategia y en la influencia sobre los resultados. Las narrativas en torno a las armas nucleares tienen profundos efectos en las percepciones de credibilidad, las intenciones y, en última instancia, en la configuración del comportamiento de los estados. Comprender el papel de las narrativas en la disuasión nuclear es esencial para los responsables políticos y los estrategas que tratan de navegar por las complejidades de la política nuclear.
El papel de las narrativas en la formación de percepciones de credibilidad
Las narrativas son importantes en la estrategia de disuasión nuclear para dar forma a las percepciones de credibilidad. La credibilidad de la disuasión nuclear de un estado es esencial para su eficacia a la hora de disuadir a posibles adversarios. Los Estados que posean un claro dominio de la escalada y superioridad nuclear tendrán ventaja en las percepciones de resolución y fuerza. Sin embargo, la credibilidad está exclusivamente ligada a la voluntad de un estado del uso de la bomba.
En Estados Unidos, el Presidente es el responsable de influir en las percepciones de sus adversarios mediante la elaboración de una narrativa convincente, que induzca adecuadamente miedo en el enemigo. Las narrativas que enfatizan la voluntad y la capacidad de un estado para hacer uso de las armas nucleares pueden mejorar su postura disuasoria, evitando que otros emprendan acciones agresivas. La única otra forma de aumentar la credibilidad más allá de las narrativas estratégicas es emplear armas nucleares en alguna capacidad. Tales actos son desagradables por razones morales y éticas, lo que deja la elaboración de narrativas convincentes como el medio preferido para influir en un adversario.
Influir en la percepción de las intenciones
Las narrativas también influyen en la percepción de las intenciones. Los estados suelen recurrir a las narrativas para indicar sus intenciones y aclarar sus objetivos estratégicos. Por ejemplo, un estado puede adoptar una narrativa de disuasión mínima, enfatizando la naturaleza defensiva de su arsenal nuclear y su compromiso de evitar el conflicto nuclear. China es el principal ejemplo.
La estrategia inversa a una narrativa de disuasión mínima sería una narrativa de disuasión máxima. En este enfoque, Rusia, por ejemplo, hace hincapié en las capacidades ofensivas de su arsenal nuclear y en su disposición a emplear armas nucleares en una amplia gama de escenarios. Esta narrativa pretende maximizar la amenaza percibida que supone el arsenal nuclear ruso.
A diferencia de la narrativa de la disuasión mínima, que hace hincapié en la moderación y en una postura defensiva, la narrativa de la disuasión máxima hace hincapié en la asertividad y en la voluntad de escalar para lograr objetivos estratégicos. Estas narrativas pueden ayudar a reducir el riesgo de error de cálculo y de escalada al aportar claridad sobre la política nuclear de un Estado.
Dar forma a la percepción de las capacidades
Las narrativas también desempeñan un papel crucial en la formación de percepciones sobre las capacidades. Los Estados suelen usar narraciones para transmitir información sobre el tamaño, la sofisticación y la capacidad de supervivencia de su arsenal nuclear. Estas narrativas pueden influir en la forma en que otros estados perciben el equilibrio de poder y realizan cálculos estratégicos. Por ejemplo, un estado que presenta su arsenal nuclear como moderno y fiable puede ser visto como más creíble y capaz de disuadir a posibles adversarios.
Además, el concepto de segundo ataque seguro es fundamental. Esta capacidad se refiere a la capacidad de un estado para responder a un ataque nuclear con un contraataque devastador tras absorber el primer ataque. Los arsenales de represalia de segundo ataque, que abarcan una variedad de sistemas vectores como submarinos, misiles terrestres y bombarderos estratégicos, son componentes críticos.
Las narrativas en torno a los arsenales de represalia de segundo ataque están diseñadas para transmitir mensajes específicos sobre las capacidades nucleares de un estado. Al resaltar la sofisticación y capacidad de supervivencia de sus arsenales, se intenta disuadir a posibles adversarios, indicándoles que cualquier ataque tendría como resultado una respuesta devastadora.
Limitaciones de las narrativas
Las narrativas en la estrategia de disuasión nuclear son herramientas poderosas, pero también tienen limitaciones inherentes. Una limitación importante es el potencial de malinterpretación o manipulación. Diferentes estados pueden interpretar la misma narrativa de formas distintas, lo que puede dar lugar a malentendidos y al aumento de tensiones. Además, las narrativas pueden verse socavadas por acciones que contradigan el mensaje transmitido. Cuando China hace hincapié en su compromiso con la coexistencia pacífica, pero luego emprende acciones provocadoras, como la realización de ejercicios militares agresivos cerca de Taiwán, la credibilidad de su narrativa se ve erosionada. Esto se conoce como la brecha credibilidad-acción, en la que las acciones hablan más alto que las palabras, socavando el mensaje pretendido por la narrativa.
Cuando los dirigentes hablan abiertamente de un tabú contra el uso de armas nucleares, expresando una repulsión moral a su empleo incluso en circunstancias extremas, puede debilitarse inadvertidamente la postura disuasoria del Estado. Los adversarios pueden percibirlo como falta de determinación, creyendo que el estado no estaría dispuesto a usarlas, aunque su supervivencia estuviera en juego.
Importancia del control narrativo
En el contexto de la disuasión nuclear, el control narrativo no es sólo una ventaja estratégica, sino una necesidad fundamental. Es a través del control de la narrativa como los estados pueden moldear las percepciones, gestionar las situaciones de crisis y, en última instancia, mejorar su postura de disuasión. Esto es importante por cuatro razones.
En primer lugar, el control de la narrativa permite a los estados determinar cómo perciben los demás sus capacidades nucleares. Al elaborar una narrativa que enfatice su determinación, se puede disuadir a posibles adversarios, al transmitirles un mensaje claro y creíble, e influir en sus cálculos estratégicos para disuadirles de emprender acciones agresivas.
En segundo lugar, durante una crisis, el control de la narrativa puede ser crucial para rebajar las tensiones y evitar malentendidos. Una narrativa cuidadosamente elaborada puede aportar claridad sobre las intenciones y acciones de un estado, ayudando a evitar malentendidos que podrían conducir a una escalada. Al dar forma a la narrativa que rodea a un incidente nuclear, los estados pueden ayudar a gestionar las situaciones de crisis y reducir el riesgo de conflicto nuclear.
En tercer lugar, el control de la narrativa es esencial para aumentar la credibilidad de las amenazas disuasorias. Un estado que controle con éxito la narrativa puede transmitir un mensaje claro y creíble sobre su voluntad y capacidad de empleo de armas nucleares, en caso necesario. Esto puede aumentar la credibilidad de sus amenazas disuasorias, haciéndolas más eficaces para disuadir la agresión.
En cuarto lugar, el control de la narrativa puede ayudar a reducir la probabilidad de un conflicto nuclear. Al modelar las percepciones, gestionar las situaciones de crisis y aumentar la credibilidad, los estados pueden disuadir a posibles adversarios y mantener la paz y la estabilidad en la era nuclear.
Conclusión
Con China y Rusia cada vez más asertivas en la búsqueda de sus intereses, la disuasión nuclear vuelve a cobrar importancia para Estados Unidos. Las narrativas que rodean a las armas nucleares son fundamentales para configurar las percepciones de credibilidad, intenciones y capacidades. Por tanto, la elaboración de relatos convincentes es crucial para el Presidente Biden y sucesores. Como nación libre, Estados Unidos nunca ha dominado del todo el arte de la creación de narrativas, porque a menudo puede parecer antitético a sus valores. Puede parecer demasiado propaganda.
Sin embargo, ha llegado el momento de reconsiderar este punto de vista. Para que Estados Unidos pueda disuadir eficazmente no sólo a China y Rusia, sino también a Corea del Norte y a un incipiente Irán nuclear, una narrativa eficaz es una herramienta importante en la caja de herramientas. Esto es especialmente cierto a medida que el arsenal nuclear estadounidense disminuye en relación con los de China y Rusia.
Fte. Global Security Review (Aaron Holland)
Aaron Holland es Analista del National Institute for Deterrence Studies. Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor.