La industria espacial española está atenta a la designación de contratista principal de la misión euro-china SMILE

Una vez que la Agencia Espacial Europea (ESA) ha dado el visto bueno a la continuidad de la misión euro-china SMILE, la industria espacial española está a la expectativa de que la ESA designe en breves fechas al contratista principal que debe afrontar la fase de desarrollo y producción de la parte de la sonda espacial que es responsabilidad de la Agencia europea.

Juan Pons.

El bautizado como Explorador del Enlace Viento Solar con la Magnetosfera-Ionosfera o SMILE ‒acrónimo en inglés de Solar wind Magnetosphere Ionosphere Link Explorer ‒ es la primera misión espacial conjunta que llevan a cabo la ESA y la Academia China de las Ciencias (CAS). Su finalidad es investigar la relación existente entre el Sol y Tierra para conocer en profundidad la interacción entre las partículas del viento solar supersónico y la magnetosfera, el escudo magnético que protege y permite la existencia de vida en la Tierra.

En el reparto de responsabilidades entre la ESA y la CAS, el Centro Nacional de Ciencia Espacial de China o NSSC (National Space Science Center) asume el desarrollo, construcción y pruebas de la plataforma, que será fabricada en Shanghai por la Academia de Innovación para Microsatélites o IAMC (Innovation Academy for Microsatellites).

La ESA corre a cargo del desarrollo, fabricación y pruebas del módulo de carga útil, donde se alojarán los cuatro instrumentos científicos que viajan en la sonda espacial. Los europeos también se responsabilizan de la puesta en órbita de SMILE, programada para 2023 a bordo de un cohete europeo Vega-C o Ariane 6.

SMILE recibió a principios de la presente semana el visto bueno del Comité del Programa Científico de la ESA y se aguarda para la próxima semana la designación de la compañía europea que ejercerá de contratista principal del componente europeo. Por la citada responsabilidad compiten la filial de Thales Alenia Space en el Reino Unido, Qinetic de Bélgica y la rama española Airbus Defence and Space localizada en barajas (Madrid).

Las tres empresas fueron en septiembre de 2017 las ganadoras de sendos contratos de la ESA para ejecutar de forma paralela los estudios de diseño preliminar en modalidad competitiva del citado módulo de carga útil. Las tres han coordinado sus trabajos con la Agencia europea para definir y optimizar los aspectos estructurales, de soporte y térmicos del módulo, el alojamiento exacto de los instrumentos científicos y la entrega a tierra de los datos científicos recogidos.

Expectativas españolas

Además de la rama española de Airbus DS, las empresas nacionales más interesadas en contribuir con sus tecnologías a la misión SMILE son CRISA, SENER ‒a través de Tryo‒ y HV Sistemas.

CRISA ‒la rama de electrónica de Airbus Defence and Space en España‒ es uno de los principales proveedores europeos de electrónica embarcada avanzada para lanzadores y naves espaciales. CRISA está en condiciones aportar a SMILE el subsistema de potencia, procesado y memoria, un equipo novedoso que integra por primera vez todas las funciones citadas.

SENER, que en 2018 adquirió Tryo, aportará su conocimiento en el diseño, desarrollo y fabricación de antenas y equipos transmisión de datos y señales, mientras que HV Sistemas cooperaría en el desarrollo y fabricación de equipos de prueba y ensayo.

Con una masa al despegue de 2.200 kilos, será colocada en una órbita elíptica altamente inclinada alrededor de la Tierra. Cada 51 horas ascenderá hasta los 121.000 kilómetros ‒casi un tercio la distancia de la Tierra a la Luna‒, para observar durante más de 40 horas las regiones polares del norte terrestre.

La importancia de la misión euro-china radica en que, por vez primera, la información recabada proporcionará a la comunidad científica internacional la oportunidad de observar durante tres años los lugares donde se manifiesta la interacción entre el Sol y la Tierra, principalmente las regiones donde se producen las auroras boreales. Para conseguirlo, cuatro son los instrumentos que viajan a bordo de SMILE, de los que dos son competencia de China y otros tantos de compañías europeas y canadienses.

La cámara de rayos X o SXI (Soft X-ray Imager) la dirige la Agencia Espacial del Reino Unido y obtendrá mediciones de las regiones donde el viento solar impacta con la magnetosfera. La segunda está liderada por Canadá, se llama Ultra-Violet Imager (UVI) y estudiará la distribución global de las auroras. Los dos instrumentos chinos son el Light Ion Analyzer (LIA), para medir las partículas energéticas existentes en el viento solar, y el Magnetómetro (MAG), para determinat los cambios en el campo magnético local.

El profesor Philippe Escoubet, director científico de la fase de estudio, ha afirmado que la contribución de SMILE es “proporcionar las primeras películas e imágenes de rayos X  de la región donde el viento solar se estrella contra la magnetosfera”. También aportará imágenes ultravioleta de las auroras para poder comprender cómo evolucionan las tormentas geomagnéticas”.

La misión supone una nueva etapa en el marco de colaboración entre la ESA y China, cuyo primer paso fue el programa Double StarTan Ce en chino‒, una misión exclusiva del país asiático ‒pero basada en la misión Cluster de la ESA‒ cuyos dos satélites fueron lanzados al espacio de modo simultaneo en diciembre de 2003 y permanecieron en servicio hasta septiembre de 2007.

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