Jorge Domecq: «La autonomía estratégica de la UE es una oportunidad, no una amenaza»

La autonomía estratégica de la Unión Europea, en materia de defensa, está en boca de todos, desde que fue propuesta como un objetivo a largo plazo en la Estrategia Global de la UE para 2016. Sin embargo, sigue sin estar claro qué significa en la práctica, y cómo afectaría a la OTAN y a nuestra relación transatlántica. Esto ha llevado a un debate, en su mayor parte académico, sobre el objetivo final del concepto, alimentado por las dudas y los temores desde ambos lados del charco. Sin embargo, el riesgo de un discurso demasiado abstracto es que, en mi opinión, nos distraigamos de la acción concreta necesaria para acercarnos a lo que es un objetivo loable.

Ya es hora de que enfoquemos la autonomía estratégica de forma más positiva y la consideremos como un proyecto constructivo, no como algo dirigido contra la OTAN, contra Estados Unidos o contra cualquier otra organización. Se trata de poner a los Estados miembros de la UE en una posición, en la que puedan desarrollar, operar, modificar y mantener de forma autónoma toda la gama de capacidades de defensa que necesitan. Se trata de dar a la UE la opción y las herramientas -políticas, operativas, tecnológicas, industriales- para emprender acciones militares cuando sea necesario, ya sea conjuntamente con sus socios (especialmente la OTAN), siempre que sea posible, o por separado si fuera necesario.

En lugar de socavar la confianza y la seguridad transatlánticas, como algunos temen, una defensa europea más robusta y autónoma conducirá finalmente a una OTAN más fuerte. Redundará en interés de nuestros socios transatlánticos contar con una UE más capaz y eficaz en materia de defensa. ¿Estados Unidos quiere que Europa asuma su parte justa de la carga en defensa? Un pilar europeo más fuerte y creíble en la OTAN contribuirá a ello.

Fte. Defense News