El Coronel Shawn C. Nessen, cirujano traumatólogo que sirvió en l Irak en 2003 y Afganistán de 2006 a 2008, considera que hay tres procedimientos de atención traumatológica que están entre los responsables de salvar la mayoría de las vidas.
Los tres tienen que ver con el control de la hemorragia, dijo Nessen, que es el Comandante del U.S. Army Institute of Surgical Research (USAISR)), en la Base Conjunta San Antonio, Texas.
Estos procedimientos incluyen el mayor uso de torniquetes, mejoras en la terapia de transfusión y la prevención de la hipotermia.
Torniquetes
Al principio de las guerras en Irak y Afganistán, los torniquetes no se usaban extensamente para las heridas en las extremidades, dijo Nessen.
De las 28 personas que murieron por hemorragias de heridas en las extremidades en Irak y Afganistán en 2004, Nessen cree que algunos habrían sobrevivido si se les hubieran aplicado torniquetes.
Los torniquetes no se usaron debido a la creencia equivocada de que algunas complicaciones, como la necesidad de amputaciones, podrían ser consecuencia de su uso, dijo. En esos momentos, los médicos usaban vendajes de presión.
En realidad, un torniquete que dure alrededor de dos horas no terminará en complicaciones o amputaciones, apuntó Nessen. Pasan cinco o seis horas antes de que un torniquete pueda ocasionar daños graves, pero a cambio, en esas dos horas, un torniquete puede salvar vidas.
Una vez que el uso de torniquetes llegó a ser ampliamente aceptado en 2004, el número de muertos por hemorragia disminuyó a tres en un año, dijo.
Además, señaló que las mejoras en los torniquetes en los últimos años indudablemente han salvado vidas. Por ejemplo, un Soldado puede autoaplicarse el «Combat Application Tourniquet», con una sola mano. Además, el Ejército también tiene disponible un «Junctional Tourniquet», que puede aplicarse a la ingle, cintura, pelvis o axila.
El mayor uso de torniquetes por parte de los militares también ha tenido un impacto en la atención de traumatismos civiles, dijo Nessen. Después del tiroteo en la iglesia de Sutherland Springs en Texas en noviembre, Nessen dijo que algunas de las víctimas atendidas tenían torniquetes y sobrevivieron como resultado.
Transfusiones
En 2003, durante su estancia en Irak, Nessen dijo que descubrió que, los métodos modernos de almacenamiento de sangre, la separación de la sangre en componentes como glóbulos rojos, plasma y plaquetas, causaban algunos problemas en el campo de batalla.
Los hospitales de apoyo tenían la capacidad de mantener el plasma congelado y los glóbulos rojos a mano en cantidades suficientes. Pero con los requisitos para almacenar plaquetas no ocurría así, por lo que su almacenamiento resultó ser un reto. Como resultado, las plaquetas no siempre estaban disponibles, o se administraban en una cantidad menor de lo necesario para permitir que la sangre se coagulara.
Para su próxima expedición a Afganistán, se habrá desarrollado un método mejor para el almacenamiento en frío de plaquetas. Ahora, las plaquetas podrán almacenarse durante más tiempo. Y cuando los pacientes en las zonas de combate necesiten los tres componentes de la sangre al mismo tiempo, los tres estarán disponibles en cantidades suficientes. Como resultado de ese avance, dijo, se salvarán vidas.
Hoy en día, las plaquetas sanguíneas se pueden almacenar durante semanas a la vez, dijo, en lugar de sólo unos pocos días.
Prevención de hipotermia
Los pacientes traumatizados son muy susceptibles a la hipotermia. El clima frío contribuye a la coagulopatía, que con frecuencia han sufrido soldados heridos en los primeros años de la guerra en Afganistán e Irak. Nessen explicó que la coagulopatía significa que la capacidad de la sangre para coagularse está dañada, lo que lleva a un sangrado excesivo.
Nessen dijo que en Afganistán hacía mucho frío en la región montañosa del Este donde servía, y que la coagulopatía era un problema real.
Afortunadamente, alrededor de 2004, se empezó a distribuir un Hypothermia Prevention Management Kit, desarrollado por USAISR, dijo.
El kit se compone básicamente un gorro y de una manta química que envuelve a un soldado. Cuando se expone al aire, el componente químico produce calor, explicó. El uso del kit ha impedido que los soldados mueran, dijo.
Importancia del personal sanitario
Nessen dijo que el sistema de tratamiento traumatológico comienza con el paramédico, que administra ayuda en el momento de la lesión.
Aunque no se puede subestimar la importancia de este profesional, nunca podrá sustituir a un cirujano con años de formación, para realizar procedimientos increíblemente difíciles, particularmente en heridas en el estómago, pecho y vasos sanguíneos grandes.
Es de vital importancia que los centros traumatológicos del campo de batalla cuenten con un personal completo de cirujanos, agregó.
Finalmente, Nessen dijo que «al final de todo, ocurre como en todo lo demás en el Ejército. Somos tan buenos como nuestra gente. La tecnología mejora la cirugía de control de daños, pero no nos sustituye».
Fte. Army News Service