Una red neuronal experimental del Reino Unido, que descifra cómo responden las personas a los estímulos emocionales tiene implicaciones para la seguridad nacional y la privacidad.
Imagen: los interrogadores militares hablan con un hombre de la zona del que sospechan que ha ayudado a colocar bombas en la carretera. El hombre lo niega, incluso mientras le muestran fotos de sus supuestos cómplices. Pero una antena en la sala de interrogatorios detecta los latidos de su corazón mientras mira las fotos. Los datos se transmiten a una aplicación basada en IA, que concluye que sus emociones no coinciden con sus palabras…
Un equipo de investigación del Reino Unido está usando ondas de radio para captar cambios sutiles en el ritmo cardíaco y luego, mediante una IA avanzada llamada red neuronal, comprender lo que significan esas señales, es decir, lo que siente el sujeto. Se trata de un avance que algún día podría ayudar, por ejemplo, a los analistas de inteligencia humana en Afganistán a averiguar quién representa una amenaza interna.
El trabajo, de un equipo de la Universidad Queen Mary de Londres, publicado en la revista online PLOS ONE, demuestra cómo aplicar una red neuronal para descifrar las emociones recogidas con la transmisión de una antena de radio. Una red neuronal funciona de forma algo similar al cerebro humano, con células que crean vínculos con otras células en patrones que crean memoria, a diferencia de métodos más convencionales como el aprendizaje automático, que emplean métodos estadísticos directos sobre conjuntos de datos.
El equipo, dirigido por Yang Hao, decano de investigación de la Facultad de Ciencias e Ingeniería, usó una pequeña antena transmisora para hacer rebotar ondas de radio en los sujetos. Emplearon las señales para crear una base de datos de los distintos ritmos cardíacos, mientras veían vídeos cargados de emociones que provocaban relajación, miedo, asco y alegría. El equipo también les conectó a un electrocardiograma para asegurarse de que las señales que recogía la antena eran correctas, después pasó sus datos por la red neuronal profunda y descubrió que su sistema clasificaba con precisión el estado emocional de los sujetos el 71 por ciento de las veces.
Esta cifra es mejor que la obtenida por un experimento similar que usó métodos de aprendizaje automático, y evita el importante trabajo de preparar un conjunto de datos con características minúsculas (también llamado extracción de características). Además, las redes neuronales funcionan mucho mejor con conjuntos de datos que dependen en gran medida del tiempo, como las ondas de radio, a diferencia de los algoritmos de aprendizaje automático, dijo.
El avance pretende ayudar a los profesionales de la salud y el bienestar a comprender mejor los estados emocionales de los pacientes. «En cuanto a sus implicaciones para… la seguridad nacional, hay que seguir investigando, al igual que otras cuestiones relacionadas con la ética y el uso responsable de esta tecnología», dijo Hao a Defense One en un correo electrónico.
La proliferación de los nuevos avances en IA, junto con los nuevos sensores, alentará los difíciles debates sobre la privacidad en los próximos años.
Fte. Defense One
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