Fases para combatir la amenaza dron (2/4)

 

 

Los drones o UAS son considerados amenazas sólo cuando tienen el potencial de realizar actividades ilegales, peligrosas o maliciosas. Esto incluye dispositivos programados o controlados para llevar a cabo una misión hostil, operados por un individuo no preparado o negligente, volando sobre zonas no autorizadas o quebrantando la legislación aérea vigente. Manejar estas amenazas de manera rápida y eficaz supone un gran reto tecnológico, fuertemente dependiente del escenario particular y del tipo de amenaza. A pesar de esa diversidad de amenazas y escenarios, existe un marco común bajo el cual se ajustan la mayoría de los enfoques para lidiar con esta amenaza y que considera que el problema se define ampliamente en cuatro fases o sub-problemas.

Estos son: Sistema de detección, clasificación, seguimiento y neutralización de UAS (Counter-UAS)

1. Detección

En el primer paso se utiliza cualquier característica del drone (sonido, visión, emisión de radiofrecuencia, reflexión, etc.) para alertar sobre un objetivo potencial. El resultado de esta primera fase será una advertencia de posible amenaza y que activará un procedimiento operativo predefinido.

2. Clasificación

Durante esta fase, se analizan los datos del paso anterior (detección), así como la información adicional generada en la clasificación para confirmar amenazas reales frente a falsas alarmas. Para la mayoría de los escenarios operacionales y sensores, la capacidad de detectar o clasificar viene determinada por un factor de distancia. Por ejemplo, un determinado sensor podrá detectar una potencial amenaza (quizá sea una drone o un pájaro) a varios km, pero sólo cuando el objetivo está a más cerca es capaz de discernir entre una amenaza real (drone) de una falsa alarma (pájaro). El resultado de esta fase es una confirmación o rechazo de la amenaza, y en algunos casos también incluye la identificación de la amenaza (tipo y modelo de drone), lo que a su vez desencadena los próximos pasos en el procedimiento operativo.

3. Seguimiento

En este paso se trata de obtener la localización, velocidad y rumbo del drone, esta información se emplea para predecir su trayectoria y de esta forma determinar su ubicación futura. Esta fase es importante porque quizá sólo se quieran tomar medidas cuando se detecta que el drone se dirige al emplazamiento que pretendemos proteger o se acerca a determinada distancia. En algunos casos, es posible localizar no sólo el drone, sino también el controlador, información operacional de gran valor para la misión.

4. Neutralización

Una vez que se detecta e identifica el drone como una amenaza, comienza la mitigación del objetivo. La neutralización o mitigación se define ampliamente como consecución del fracaso de la misión del drone, por lo que es fuertemente dependiente del escenario y del entorno. Por ejemplo, si la misión del drone es tomar imágenes de un área privada, entonces la neutralización implica impedir la captura de dichas imágenes, independientemente del vuelo del drone. En otros casos, sin embargo, si el vuelo del drone es una amenaza de seguridad por sí mismo, la neutralización implica su aterrizaje o derribo.
Todas las fases están interconectadas de muchas maneras, y las fases 3 y 4 generalmente funcionan en paralelo. En la mayoría de los casos, además, la recopilación de evidencias durante todo el proceso es extremadamente importante para emprender acciones legales efectivas contra los atacantes de forma.

Estos son los artículos que completan la serie:

Escenario actual contra drones
Fases para combatir la amenaza dron
Tecnologías para la detección, clasificación y seguimiento
Estrategias anti dron de mitigación