El Secretario de la Marina de Estados Unidos, Carlos Del Toro, emitió en octubre sus directrices estratégicas para la Marina y el Cuerpo de Marines, dejando claro que China era la principal prioridad estratégica del Departamento y proporcionando un principio organizador de las reformas institucionales, calificándolo como «el reto de ritmo contra el que debemos planificar nuestras estrategias e inversiones de combate». Advirtió que China era el reto más importante del departamento a largo plazo.
Según Del Toro, el verdadero reto para la Armada y el Cuerpo de Marines es que «por primera vez en al menos una generación, tenemos un competidor estratégico que posee capacidades navales que rivalizan con las nuestras, y que busca emplearlas agresivamente para desafiar los principios, las alianzas y la prosperidad de Estados Unidos».
Las crecientes capacidades de la Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN) en relación con la de Estados Unidos se pusieron en evidencia en el informe anual del Pentágono sobre las actividades militares chinas, publicado la semana pasada. Tal vez las conclusiones más significativas del informe fueron las evaluaciones actualizadas de que China podría duplicar o incluso triplicar su arsenal nuclear para el final de la década, realizadas a raíz de las revelaciones de este verano de nuevos campos de silos de misiles en construcción en el interior de China.
El otro punto destacado son las proyecciones sobre el tamaño de la PLAN, que, al igual que las estimaciones sobre las ambiciones nucleares de China, parecen revisadas al alza de forma significativa con respecto al informe del Pentágono para 2020.
El informe del año pasado destacaba que la Flota china era la más grande del mundo, con una fuerza de combate de 350 buques, comparada con los 293 de la Navy, pero no ofrecía ninguna estimación sobre el tamaño que podría alcanzar ni de su rapidez. El informe de este año indica que la PLAN cuenta con 355 buques de combate (la flota estadounidense tiene ahora 294 buques).
Trescientos cincuenta y cinco buques es una cifra políticamente significativa en Estados Unidos: fue el objetivo que se marcó la Armada estadounidense para la suya durante la administración Trump. El último estudio de 2020 estableció un plan (sin financiación) para alcanzar los 355 buques en 2035, en medio de un plan aún más ambicioso para construir una flota híbrida de 500 plataformas tradicionales y no tripuladas para 2045.
Un aumento neto del tamaño de la flota en cinco buques en un año es significativo, pero mucho más importante es la evaluación del informe de que el tamaño global de la flota china podría alcanzar los 420 a mediados de la década, un salto extraordinario, y 460 buques para 2030, todavía cinco años antes de que la Armada de Estados Unidos espere alcanzar el tamaño que tiene el PLAN en la actualidad (de nuevo, un objetivo que no ha sido financiado en su totalidad por el Congreso de Estados Unidos).
Aunque la Navy tiene menos buques, éstos siguen teniendo ventaja cualitativa sobre la mayoría de sus homólogos chinos: Estados Unidos mantiene 10 grupos de ataque de portaaviones (pronto serán 11) frente a los dos grupos mucho menos capaces de China, uno de los cuales se sigue empleando principalmente con fines de adiestramiento; y la Flota estadounidense sigue teniendo casi el triple de combatientes principales de superficie avanzados (destructores y cruceros) que China.
Pero en número suficiente, incluso las plataformas con menos capacidad pueden abrumar a las avanzadas menos numerosas, y la ventaja de Estados Unidos en esos buques de guerra más avanzados se está reduciendo.
Se espera que la PLAN lance su cuarto destructor Tipo 055 en diciembre. Aunque a veces se le describe como un destructor, con 12.000 toneladas de desplazamiento, con mayores capacidades de mando y control, y más lanzadores de misiles verticales que los avanzados destructores Tipo 052C y 052D, el Tipo 055 es más análogo a los cruceros de la clase Ticonderoga de la Navy. Se espera que China construya 16 Tipo 055, que probablemente desempeñarán un papel crucial de defensa aérea y escolta en los incipientes grupos de ataque de portaaviones chinos.
La Armada de EE.UU. aún tiene 22 cruceros en activo, pero los Tipo 055 son completamente nuevos, mientras que los Ticonderogas se acercan al final de su vida útil, ya que el primero empezará a ser retirado a mediados de la década de 2020. El esfuerzo por comprar un reemplazo para los envejecidos cruceros estadounidenses ha sido una odisea de casi dos décadas, obstaculizada por las deficiencias conceptuales y el rechazo del Congreso a las estimaciones de costes, todo ello mientras se lucha por modernizar y extender la vida útil de los Ticonderogas existentes.
La última solución de la Armada estadounidense para el inminente «vacío de cruceros» es incorporar las funciones de defensa aérea y de mando necesarias a un destructor de nueva generación que acabará sustituyendo tanto a los cruceros de la clase Ticonderoga como a sus destructores de la clase Arleigh Burke. Si la Armada de EE.UU. mantiene los plazos previstos, el primer destructor nuevo estará listo en 2032. Hasta entonces, se espera que el destructor Arleigh Burke Tipo III, una versión más grande y capaz de la venerable clase, ocupe el papel tradicional de los cruceros en los grupos de ataque estadounidenses a medida que los Ticonderogas comiencen a ser retirados más rápidamente hacia finales de la década de 2020.
Una preocupación importante entre los expertos navales de Estados Unidos es que, aunque los buques estadounidenses sean en general más capaces que los buques de guerra chinos equivalentes, como los de la clase Ticonderoga, la mayoría de ellos son mucho más antiguos, requieren más mantenimiento y se retirarán antes que sus homólogos de la flota china.
Pero puede ser erróneo proyectar que la Armada china continuará creciendo al ritmo actual, y mucho menos a un ritmo acelerado. En los próximos 10 a 15 años los astilleros chinos pueden tener dificultades para mantener el ritmo de producción actual a medida que su flota actual envejezca y acumulen una carga de mantenimiento más comparable a la que tiene hoy EE.UU. En ese momento, es posible que la construcción naval china tenga que ralentizarse para acomodar la modernización y el mantenimiento de sus buques más antiguos, o bien la PLAN podría optar por retirar los buques que se enfrenten a intensas revisiones a mitad de su vida útil para mantener la producción de buques más nuevos y avanzados. Esto mantendría la flota china relativamente joven y capaz, pero también impediría que alcanzara los extremos más altos de las proyecciones estadounidenses.
En cualquier caso, la Armada del EPL seguirá siendo una fuerza numéricamente mayor que la estadounidense, y cada vez más capaz.
Fte. The Diplomat