El pasado 6 de enero, en la celebración de la Pascua Militar, la ministra de Defensa, Margarita Robles, aseguró que la modernización de las Fuerzas Armadas “es una prioridad” para la Cartera que dirige. Las recientes inversiones (unos 7.000 millones de euros el pasado año) en nuevos programas así lo evidencian. Un buen ejemplo de este interés por la modernización del Ejército de Tierra es el Programa del Sistema de Combatiente a Pie (SISCAP) de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM).
Se trata de un sistema modular y adaptable en el que los componentes se ajustan a los distintos tipos de escenarios y misiones. El documento Fuerza 35 del Ministerio de Defensa afirma que “surge por la necesidad de dotar al combatiente de un equipo que le permita aumentar las capacidades de combate, su integración en la unidad, e interoperar en estructuras conjuntas y combinadas, en un entorno cada vez más tecnificado. Permitirá al combatiente mejorar sus capacidades de eficacia de fuegos, conocimiento de la situación, mando y control, supervivencia y movilidad”. Para ello cuenta con varios subsistemas, uno de los cuales es el de eficacia de fuegos, cuyo objetivo es ayudar al soldado a aumentar su capacidad ofensiva.
Este es precisamente el subsistema en el que Thales participa activamente con la entrega de gafas de visión nocturna de fusión. Es decir, soluciones optrónicas que dotan a los soldados de una ventaja competitiva en zona de operaciones. Con más de 100.000 dispositivos en funcionamiento en todo el mundo y cerca de 80 años de experiencia en óptica de alta precisión, Thales es el principal fabricante de este tipo de dispositivos, tanto para pilotos como para soldados desmontados (SISCAP) de todo Europa.
Dentro del programa SISCAP Thales acaba de firmar un contrato para el suministro de ocho gafas Minie-D/IR, que se suman a las seis que ya se entregaron para instalar en vehículos 8×8 Dragón del ejército español. Se trata de un producto singular por su capacidad de fusionar imagen intensificada ligera e imagen infrarroja, lo que significa un gran avance para operaciones nocturnas de soldados desmontados, al permitir el descamuflaje de posibles amenazas preservando la movilidad. Otra de las características más notables de este producto es su ligereza con menos de 500 gramos combinado con un campo de visión de 51° (modo I²), esencial para los soldados en zona de operaciones, ya que el peso limita notablemente su movilidad.
No es la primera vez que el Ejército Español o la Guardia Civil adquieren material de estas características a Thales. La familia de cámaras térmicas portátiles Sophie son buen ejemplo. Estos dispositivos proporcionan la función de localizador de objetivos, con canal IR refrigerado, capacidad de día y telémetro láser. En sus distintas versiones, Sophie permite la detección de calor corporal a más de 7 km de distancia así como detectar a enemigos, aún estando camuflados.