Armas de energía dirigida una nueva ventaja, si se acelera el desarrollo de doctrina y tecnologías

El país que sea el primero en desarrollar y emplear láseres en el campo de batalla tendrá una clara ventaja militar. Las armas de energía dirigida prometen complementar a las cinéticas y contribuir a combatir diversas amenazas emergentes, como los enjambres de aviones no tripulados, los barcos de ataque rápido y los misiles de crucero. La reciente publicación Missile Defense Review propone que se estudie el potencial de los láseres espaciales para interceptar misiles balísticos.

Pero para lograr esa ventaja, Estados Unidos debe desarrollar láseres y otras armas de energía dirigida más pronto que tarde, y hacerlo a escala, para ponerlos en manos de los combatientes de una manera significativa. La Directed Energy Summit de mediados de marzo, la primera reunión importante de este tipo desde el lanzamiento de la Missile Defense Review, ofreció un foro en el que los principales líderes de la seguridad nacional y los responsables políticos pudieron aprovechar el impulso.

La pregunta es, ¿cómo? Éste un esquema de 10 puntos, diseñado para llevarnos en la dirección correcta:

1.- El Departamento de Defensa debe aumentar la potencia de los láseres y mejorar el desarrollo de la calidad del rayo. El ritmo de maduración de estas capacidades no está limitado por la tecnología, sino por la financiación. Por lo tanto, deberíamos aumentar la financiación dirigida a la energía a entre 2.000 y 3.000 millones de dólares al año.

2.- También deberíamos tomar más medidas para reducir el tamaño, la potencia, el peso y el coste de estas armas. La Oficina del Secretario de Defensa, por ejemplo, debería establecer y financiar un programa separado con ese fin, y centrarse ampliamente en mejorar la letalidad de las armas láser. Los programas de láser de la MDA deben ser financiados en su totalidad para aumentar los niveles de potencia del láser en aplicaciones a gran altitud y basadas en el espacio.

3.- Debemos proporcionar a los combatientes ayudas tácticas para la toma de decisiones con el fin de garantizar que sepan cómo y cuándo utilizar estas armas. Esto contribuirá en gran medida a infundir confianza en nuestros combatientes de que estas armas serán eficaces en el combate contra múltiples amenazas.

4.- Si bien se ha realizado una gran cantidad de trabajo, también deberíamos realizar más investigaciones para mejorar nuestra comprensión de la letalidad y fiabilidad del láser en una gama cada vez más amplia de condiciones meteorológicas y atmosféricas. Esta investigación también debe centrarse en minimizar cualquier daño colateral.

5.- Tenemos que acelerar la adquisición de estas capacidades. El DoD tarda más de 16 años, en promedio, en llevar las nuevas tecnologías desde la declaración de necesidad a la puesta en servicio. Pero hay varios ejemplos de que este plazo se está acortando drásticamente, como el programa de Navy’s Rapid Prototyping Experimentation and Demonstration para capacidades de misión crítica y el uso de autoridades de adquisición especializadas por parte de la MDA. El Departamento de Defensa debería utilizar esos procesos acelerados para el desarrollo y la utilización de la energía de manera dirigida.

6.- El DoD debe mostrar un compromiso a largo plazo con los láseres, para que la base industrial sepa que, habrá un mercado para sus productos en los próximos años. Al hacerlo, el Departamento de Defensa debería preparar y alentar a la base industrial para que apoye la creciente necesidad de proveedores de primer, segundo y tercer nivel.

7.- El Departamento de Defensa debería financiar totalmente las pruebas existentes en el mar, en tierra y en el aire, y son muchas. Proyectos de la Marina, como el Sistema de Armas Láser a bordo del USS Ponce, ya han demostrado que los láseres pueden derribar drones y proporcionar vigilancia a larga distancia. Otros láseres de mayor potencia de la Marina, como el sistema HELIOS, están en desarrollo y sobre un buque de superficie el próximo año. Mientras tanto, el Ejército ha probado un láser de 5 kilovatios montado en un vehículo de combate Stryker y se propone probar en el campo otro montado en un vehículo de combate Stryker de 50 kilovatios en 2021, con el objetivo de desplegarlo para 2023. Además, el proyecto SHiELD de la Fuerza Aérea está desarrollando láseres de 50 kW basados en el aire para producir un arma compatible con los cazas para su uso en 2021.

8.- Todas las partes involucradas en el despliegue del láser deben hablar entre sí. El DoD necesita articular mejor sus requisitos para los láseres desplegables. Pero también, la base industrial debe interactuar mejor con el DoD y su liderazgo para aumentar la comprensión de las capacidades innovadoras de las armas láser.

9.- También debemos dar prioridad al adiestramiento de los combatientes. En la actualidad no hay una línea de entrenamiento de armas láser establecida, y eso se debe a que los láseres no tienen programas formales de financiación en los presupuestos. Una vez que éstos se establezcan, debe seguir la capacitación. Para ayudar a establecer tales programas, debemos fomentar los juegos de guerra y el análisis operativo para investigar y articular mejor los beneficios de los láseres en el campo de batalla.

10.- El Departamento de Defensa debe adaptar las funciones de mando y control para hacer frente a las amenazas en rápida evolución, como la hipersónica, a fin de reducir los tiempos de intervención de los sistemas defensivos. Es probable que los plazos de compromiso muy cortos requieran la incorporación de capacidades de inteligencia artificial para ayudar a Estados Unidos a aprovechar el compromiso de velocidad de la luz que ofrecen las armas de energía dirigida.

Estos son los pasos que se pueden dar para llevar sistemas de prototipos láser a nuestros combatientes. Nuestros hombres y mujeres se enfrentan a peligrosas amenazas en todos los ámbitos físicos (tierra, aire, mar y espacio) y necesitan a las nuevas y más prometedoras capacidades para proteger nuestra seguridad nacional. Nuestros adversarios no están esperando para desarrollar armas de energía dirigida. Nosotros tampoco deberíamos.

Fte. Defense One 

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