El último dron de DARPA se desintegra al terminar su misión

En 2015, DARPA emitió una petición de información para conseguir algo que parece sacado directamente de Misión Imposible: «una bandada de pequeños drones desechables lanzados desde un avión, cada uno de los cuales se desvanece literalmente al aterrizar». Solo dos años después, han conseguido lo que querían con el dron ICARUS de MORSE Corp.

El atractivo de un dron que se disuelve, es para los militares bastante evidente. En su petición inicial, DARPA destacó los escenarios de primera respuesta como aquellos en los que se emplearía, cuando los soldados acuden a zonas de desastre con insulina o plasma o en un entorno operativo, permitirían suministrar agua o baterías rápidamente a los soldados, sin contar con que las posibilidades para otras misiones como las de reconocimiento también son tentadoras.

Independientemente del uso que se les pueda dar, la posibilidad de que los drones se disuelvan significaría un problema logístico menos de lo que preocuparse posteriormente.

MORSE, fundada por graduados del MIT, desarrolló un dron hecho, de lo que en una entrevista de ex alumnos del MIT llaman, una «película ligera, con un sistema de guía más pequeño que una pelota de tenis.» El vehículo está hecho de polímeros especialmente desarrollados que, cuando se exponen al calor o la luz solar se despolimerizan rápidamente, o se desintegran, en una sustancia líquida transparente, quedando al aterrizar únicamente el sistema de guía y los suministros transportados».

«Desarrollar un avión que pueda cumplir con los requisitos de exactitud y alcance [establecidos por DARPA] es un verdadero desafío», dice el CEO de MORSE, Andreas Kellas. «Pero si agregamos el requisito de desaparecer, el problema se vuelve casi imposible. Es entonces cuando tienes que aplicar la mentalidad de MIT: ser creativo, tenaz y descubrir cómo hacer que lo imposible ocurra».

El proyecto ICARUS, que significa programa Inbound, Controlled, Air-Releasable, Irrecuperable Systems, obtuvo una financiación de 8 millones de dólares en 2015. Morse ganó el contrato en 2016, y a principios de este año demostraron con éxito que su dron podía volar 100 millas y aterrizar a 30 pies de su objetivo. Su dron ahora se une a la gran familia de UAV militares experimentales de Estados Unidos.

Fte.: Popukar Mechanics

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