Ucrania compra aviones no tripulados de combate a Turquía

Como si la relación entre Turquía y Rusia no pudiera volverse más compleja, el Presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, anunció este fin de semana que su Gobierno comprará una docena de aviones de combate Bayraktar TB2 de fabricación turca por 69 millones de dólares. Dado que el Ejército ucraniano está en conflicto con las fuerzas respaldadas por Rusia, nadie sabe cómo afectará eso a la relación entre Estambul y Moscú.

Su fabricante, Baykar, dice que el TB2 puede volar durante 24 horas, alcanzar una altura de 24.000 pies y transportar una carga útil de 121 libras.

Ucrania ha estado acelerando el desarrollo de sus aviones teledirigidos de combate, pero todavía carece de la capacidad para satisfacer algunas necesidades, dice Samuel Bendett, investigador de la CNA Corporation y becario de Estudios sobre Rusia en el Consejo de Política Exterior de Estados Unidos.

Ucrania está desarrollando un avión no tripulado armado de altura media, que se parece mucho al Bayraktar, el Gorlitsa, pero, dice Bendett, está a un año del despliegue «así que esta compra turca puede ser una medida provisional para que Ucrania se forme en el uso de vehículos aéreos de combate no tripulados («UCAV»)». Esto sería similar a lo que hizo Rusia, cuando compró viejos vehículos aéreos no tripulados israelíes para cubrir su propia brecha de capacidad», dice. «Mientras que Ucrania tiene muchos proyectos de UAVs, así como de UCAVs, sólo unos pocos proyectos llegaron a buen puerto, como varios modelos pequeños de ISR actualmente en uso en el este del país».

Las relaciones ruso-turcas son objeto de preocupación y especulación en Occidente. El aliado de la OTAN está nominalmente alineado contra Rusia, y en 2015, Turquía derribó un avión de combate ruso sobre Siria. Pero los lazos entre Moscú y Ankara se han ido estrechando desde entonces; los funcionarios han estado discutiendo un plan para codirigir la seguridad en la provincia siria de Idlib, un asunto delicado desde que Rusia respalda al Gobierno de Assad, al que Turquía se opone.

Y el año pasado, el presidente turco Recep Erdogan compró misiles antiaéreos rusos S-400. A los aliados de la OTAN les preocupa que el S-400 turco, que se desplegará en octubre, extraiga información recopilada por el avión F-35 y la envíe a Moscú.

Fte. Defense One