¿Serán los robots, el futuro de la destrucción de las minas marinas?

Una mina marina es una promesa de tragedia en el futuro. Construidas para las exigencias inmediatas de un conflicto naval, desplegadas para un fin estratégico que una vez fue apremiante, y que han permanecido abandonadas durante décadas, las minas marinas son un riesgo permanente. Despejar el mar de los residuos peligrosos del pasado puede ser una propuesta de alto riesgo. ¿Por qué no, entonces, dejar que los robots lo hagan?

En agosto de 2018, una mina suelta fue vista frente a las costas del estado de Washington, y luego detonó sin daños (una explosión secundaria, lo que indica que se trataba de una mina de instrucción inerte). Este trabajo de detonación es normalmente realizado por buzos humanos, y mientras que la mina descubierta en Washington era afortunadamente inerte, hay muchas vías marítimas en las que persisten las armas vivas de guerras muertas. En el Báltico, por ejemplo, la OTAN calcula que quedan 80.000 minas marinas, una cifra que no ha cambiado en casi una década.

El 21 de diciembre, Thales y Aquabotix anunciaron haber alcanzado un memorando de entendimiento para cooperar en la investigación y diseño de dragaminas robotizados autónomos. Formalmente descritos como una “rapidly deployable Mine Counter Measures (MCM), Rapid Environment Assessment (REA) and Military Hydrographic autonomous system mission solution,”, los robots, en los que las empresas esperan colaborar serán una alternativa al envío inmediato de seres humanos al riesgo que presentan las municiones acuáticas sin estallar. Acrónimos aparte, este robot tiene un título mucho más simple y claro: el Swarm Diver, llamado así porque hará precisamente eso.

Como se ha descrito, se trata de una especie de nave nodriza de superficie o dron submarino que liberará enjambres de pequeños robots submarinos autónomos para explorar, identificar y, en última instancia, neutralizar las minas descubiertas en aguas litorales. La autonomía es clave aquí, ya que la comunicación bajo el agua es difícil y la comunicación con los activos sobre el agua desde el agua es especialmente difícil sin un intermediario.

Si el proyecto Swarm Diver funcionara según lo previsto, los enjambres de robots autónomos podrían ser la respuesta largamente esperada a la persistente amenaza que representan los explosivos autónomos, tanto nuevos como antiguos.

Fte. C4ISRNET