¿Quién vivirá o morirá en el campo de batalla? La Inteligencia Artificial tiene la respuesta

El aprendizaje automático, los sensores y los equipos de visión de última generación dirán a los médicos dónde emplear sus recursos, antes de que bajen del helicóptero de evacuación.

En las zonas de guerra del futuro los médicos, al aterrizar en un lugar en el haya múltiples bajas, sabrán a quién tratar primero, cómo acercarse a cada herida, e incluso quién es más probable que viva o muera, todo antes de mirar a un solo soldado herido.

Esa es la visión del Coronel (y del Dr.) Jerome Buller, director del Instituto de Investigación Quirúrgica del Ejército de Estados Unidos.

Buller dice que los datos biométricos obtenidos de los sensores que portarán los soldados, combinados con datos médicos y de capacitación en profundidad y con lentes de realidad aumentada, ayudarán a los médicos en combate a evaluar el campo de batalla y a todos los que se encuentran en él desde una distancia segura, permitiéndoles así adoptar decisiones importantes, incluso antes de ver a sus pacientes.

«Imagine que (en el futuro hipotético) el médico es capaz de escanear el campo de batalla y en lugar de ver escombros, ve puntos rojos o verdes, o puntos ámbar, y sabe dónde debe aplicar recursos o no», dijo Buller durante el evento Defense One y NextGov Genius Machines, a finales de septiembre.

«Digamos que usted y su compañero sufren la misma herida. Se ven igual, los charcos de sangre son iguales. Si sólo tengo dos paquetes de sangre, ¿a quién se los doy? Esta tecnología nos ayudará a utilizar mucho mejor estos recursos realmente escasos», dijo.

Este es un gran cambio con respecto a la forma en que se realiza la medicina de campo de batalla en la actualidad, que depende en gran medida de la intuición de los médicos. «El médico tiene que determinar literalmente, quiénes vivirán y quiénes morirán, de modo que, si dispusiera de algún tipo de capacidad automatizada desde una perspectiva cognitiva para decir: «sí, sabes que esta baja está clasificada como roja, voy a pasar a la siguiente», creo que tendría en él un gran impacto, desde una perspectiva psicológica, en una actitud positiva, más allá de la que pueda tener el médico que hace la elección por sí mismo».

Hay tres componentes que Buller considera esenciales para hacer realidad esa visión. La primera es usar la gran cantidad de datos que se recopilan sobre las lesiones de los soldados, datos que actualmente se envían al registro de traumas del Departamento de Defensa, y emplearlos de manera que, ofrezcan una imagen predictiva de los futuros acontecimientos en el campo de batalla a través del aprendizaje automático.

«Tenemos un registro de traumas del Departamento de Defensa muy rico», dijo. «En algunos casos, donde ellos [los pacientes] no supervivieron, tenemos imágenes y datos de autopsias. Lo que está sucediendo ahora es que se está analizando de forma individual…. digamos que se pueden extraer estos datos. Ahora hay heridas de combate muy específicas en lugares muy específicos, contra enemigos específicos, que podemos emplear potencialmente en aplicaciones de aprendizaje automático», dijo.

Aun así, anotó, los datos tendrían que ser depurados y estructurados para que sean útiles en las máquinas de capacitación.

La segunda parte es obtener mejores datos de los soldados, tanto antes de que estén en el campo de batalla como durante el mismo, reduciendo el tamaño de los sensores usados por ellos y permitiendo a esos sensores recolectar más datos.

La última parte es la realidad aumentada, a través de nuevas pantallas Heads-down como el sistema IVAS que el Ejército quiere poner sobre el terreno a mediados de los años 2020. Las cámaras y otros objetivos de la pantalla permitirán a los médicos tomar «notas» sobre las lesiones que ven sin tener que escribirlas, cosa que no es una perspectiva atractiva en medio de un tiroteo. El IVAS registraría y transmitiría lo que el médico estuviera viendo a la historia clínica, para informar las decisiones en ese momento y después. «Creo que esa es un área que realmente podemos explotar», dijo.

Describió la visión como «un concepto que se está explorando para el desarrollo futuro», no como un programa. Pero en futuras guerras, especialmente contra adversarios con mayor capacidad tecnológica, será esencial.

La naturaleza cambiante de la guerra y lo que proyectamos que será nuestro próximo conflicto, mucho más letal y complejo que los actuales, cuando nos enfrentemos a un competidor de nuestro nivel, que nos desafíe en todos los dominios, tierra, aire y mar, ciberespacio, espacio y a través del espectro electromagnético, va a requerir a nuestros médicos, pero no sólo a ellos, sino también a nuestros combatientes mayor capacitación», añadió. No hay mucho más que podamos hacer, aparte del adiestramiento, así que aprovechar la tecnología es absolutamente crítico».

Fte. Defense One 

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