¿Qué hará la industria de defensa estadounidense cuando China interrumpa el suministro de tierras raras?

Soldadura por arco de núcleo fundente en un carro de combate M1. La soldadura por arco de núcleo fundente se utiliza para eliminar impurezas cuando el metal que se está soldando no está limpio. (Jeffrey Cleghorn/Ejército US Army)

El 17 de junio, los medios de comunicación chinos controlados por el estado, amenazaron de nuevo con interrumpir los suministros de tierras raras a Estados Unidos, esta vez apuntando a los contratistas de defensa. La sorprendente amenaza señalaba que «las empresas de equipos militares de Estados Unidos probablemente verán restringido su suministro de tierras raras chinas» y sigue a los llamamientos que se hicieron hace apenas unas semanas para que se cortara su suministro a Estados Unidos.

Los últimos comentarios siguen a una reunión del planificador económico estatal de China, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, que anunció el estudio y la formulación de nuevos controles de exportación para que entren en vigor «tan pronto como sea posible». Estos controles difieren de los anteriores embargos y amenazas de boicot al señalar a los fabricantes de defensa estadounidenses, junto con los contratistas que se niegan a hacer negocios con Huawei.

Durante años, los expertos de la cadena de suministro advirtieron sobre el potencial de China para cortar el acceso a los materiales críticos que se encuentran en casi todos los principales sistemas de armas, desde los cazas de quinta generación hasta las municiones guiadas con precisión. Incluso una modesta disminución en la disponibilidad de materiales de tierras raras resultaría en un aumento de sus precios, pero una escasez severa y sostenida podría amenazar la capacidad de los contratistas de defensa estadounidenses para producir sistemas vitales para la seguridad nacional.

Estas preocupaciones a menudo fueron minimizadas por los teóricos del libre comercio y los políticos, que afirmaban que China no tomaría medidas tan agresivas para alterar el mercado. Sin embargo, la declaración de la NDRC muestra que, China es lo suficientemente sofisticada como para dirigirse a sectores críticos y cadenas de suministro, con el fin de obtener influencia en las negociaciones comerciales en curso entre ambos países.

La estrategia china se basa en un cálculo riguroso: la limitación del suministro de tierras raras unicamente a los contratistas de defensa aumentará sus costes y plazos de producción y causará preocupación al Gobierno estadounidense, pero no provocará un descontento generalizado entre el público. Esta estrategia amenaza a los suministros militares, pero no a los bienes de consumo baratos, en lo que podría ser un intento de China de forzar a los políticos estadounidenses a abandonar los esfuerzos para contrarrestar las prácticas comerciales abusivas de China, en favor de abordar mayores preocupaciones de seguridad nacional.

Según se informa, la NDRC ha celebrado tres reuniones con expertos de la industria sobre futuras regulaciones de elementos de tierras raras, apenas unas semanas después de que el presidente chino Xi Jinping recorriera deliberadamente una instalación de producción de éstas. Esto sigue a la declaración de «No digas que no te avisamos» de los medios de comunicación oficiales chinos. Esa frase ha sido usada previamente, en referencia a disputas lo suficientemente significativas para el Gobierno chino, como para justificar una acción militar. La coincidencia de estas declaraciones o eventos no son consecuencia de una casualidad.

Afortunadamente, el Gobierno de Estados Unidos ya está tomando medidas para asegurar el suministro de tierras raras y otros materiales críticos. La Federal Strategy to Ensure Secure and Reliable Supplies of Critical Minerals de 4 de junio, que sigue al informe del año pasado sobre la base industrial de la defensa, comienza a hacer operativa la identificación y la mitigación de brechas en la cadena de suministro.

En la National Defense Authorization Act del año fiscal 2019, el Congreso dio un gran paso en la dirección correcta, al limitar la capacidad de los contratistas de defensa para utilizar imanes de tierras raras de China (y otros países no aliados). Y recientemente, el Departamento de Defensa ha preguntado a contratistas estadounidenses, sobre su capacidad para comenzar a reconstruir piezas de la cadena de suministro, incluyendo la producción de imanes y la extracción de tierras raras.

Todas estas acciones son prudentes y necesarias, pero hay mucho más que hacer, particularmente en el Congreso, para defenderse de acciones extranjeras hostiles. La reforma de permisos para minas ayudaría a que los suministros de minerales críticos de Estados Unidos fluyan de nuevo, mientras que la Ley de Seguridad Minera de los Estados Unidos de la senadora republicana Lisa Murkowski y el proyecto de ley de reforma de permisos para minas del republicano Mark Amodei de Nevada brindan un fuerte impulso hacia adelante en ese esfuerzo.

Programas del Pentágono como laDefense Production Act Title III, que fue responsable de las investigaciones sobre la separación de tierras raras y la producción de imanes, y el Análisis de Base Industrial y Sostenimiento son buenas vías a través de las cuales el Gobierno puede invertir directamente en fabricantes de Estados Unidos prometedores. Ahora el Congreso debe proporcionarles los fondos adecuados: Los 34 millones de dólares solicitados por el Pentágono son inadecuados para la tarea, e incluso los 64 millones de dólares proporcionados por el Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes son inadecuados para enfrentar el desafío.

China ha pasado décadas construyendo las cadenas de suministro de tierras raras y otros materiales críticos, como un arma dirigida directamente a las cadenas de suministro de Estados Unidos. La última declaración de la NDRC es la amenaza más significativa del uso de esta arma hasta la fecha, pero no debemos esperar que sea la última. Estados Unidos necesita abordar seriamente sus vulnerabilidades materiales críticas, lo que ha comenzado a hacer con los informes recientes. Pero los informes sólo pueden mostrar el camino a seguir; ahora es el momento de que el Congreso promulgue políticas prudentes y proporcione los recursos necesarios para acabar de una vez por todas con la rara tierra y el arma crítica del comercio de materiales.

Jeff Green es el presidente de J.A. Green & Company, una firma de relaciones gubernamentales con sede en Washington, D.C. Anteriormente trabajó en la Comisión de Servicios Armados de la Cámara de Representantes y en el Departamento de Defensa de Estados Unidos.

Fte. Defense News