El Proyecto 22800 Karakurt obliga a la US Navy a diseñar nuevos buques

Proyecto 22800 Karakurt

Velocidad de destructor, dimensiones de corbeta, potencia de fuego de crucero y sigilo de submarino. Así son las corbetas del proyecto ruso Karakurt, de los que 18 unidades formarán parte de la Armada rusa el año 2020.

Los Karakurt tienen un desplazamiento de 800 toneladas y una autonomía de navegación de hasta 15 días, pero su principal ventaja es su sistema de ataque. Cada Karakurt lleva 8 lanzamisiles verticales ZS14 para misiles antibuque P-800 Onix y los universales Kalibr-NK para atacar objetivos terrestres.

De esta manera, ningún barco enemigo puede sentirse seguro en un radio de 500 km de la corbeta. El alcance para un objetivo terrestre es de 2.500 km. Y para un combate cercano, los Karakurts están equipados con cañones de 76,2 milímetros.

Después de hacer fuego, cualquier buque se vuelve visible para los medios de detección y monitoreo del enemigo. Pero los Karakurt son suficientemente rápidos (capaces de alcanzar una velocidad de hasta 30 nudos) para abandonar enseguida el área de lanzamiento.

Una pequeña ‘flota mosquito’ de estas naves, que aprovechando sus pequeñas dimensiones y tecnologías para reducir la visibilidad, puede acercarse al objetivo, atacarlo con misiles y evadirse rápidamente.

Además, los primeros barcos del proyecto estarán protegidos contra la amenaza aérea con las instalaciones de artillería antiaérea AK-630M y, a partir del tercero, contarán con los sistemas universales Pantsir-M, versión naval del Pantsir-S1, capaz de atacar cuatro objetivos simultáneamente.

Las capacidades de combate de tan solo tres buques Karakurt no son inferiores a las naves mayores del enemigo (EEUU). Por ejemplo, un crucero estadounidense tipo Ticonderoga (9,800 toneladas de desplazamiento) con una carga estándar, transporta 26 misiles de crucero Tomahawk, capaces de destruir objetivos terrestres y marítimos a distancias de hasta 2.500 kilómetros. Pero por su parte, tres Karakurt pueden disparar 24 Kalibr de alta precisión (cada uno con una ojiva de 400 kilogramos) a distancias comparables.

Sin embargo, un barco estadounidense cuesta 1.000 millones de dólares. Por este dinero, se puede construir aproximadamente 30 corbetas del proyecto 22800.

Littoral Combat Ship

La respuesta de EEUU

El veloz y maniobrable buque Littoral Combat  Ship (LCS) ha recibido críticas por carecer de suficiente potencia de fuego y protección para sobrevivir a un combate marítimo. La Armada quiere abordar esta limitación con una nueva clase de fragatas pequeñas pero poderosas, que tendrán mayor potencia de fuego.

Con ese fin, la Armada ha solicitado propuestas conceptuales para buques de guerra multipropósito, que sean mayores y más fuertemente armados, aunque más lentos (los LCS pueden alcanzar hasta 50mn), considera que la potencia de fuego es más importante que la velocidad. Deberán ser capaces de derribar aviones, atacar a otros barcos y contrarrestar submarinos.

La Armada, que quiere construir 20 fragatas, busca un diseño asequible, y exige que los constructores navales utilicen un diseño existente para agilizar el proceso. El calendario es agresivo y exige propuestas conceptuales el próximo mes. Los dos primeros barcos se adquirirán en 2020 y 2021.

Grandes constructores navales como Bath’s Works de Maine e Ingalls Shipbuilding de Mississippi, están entre la media docena de contratistas de los que se espera que presenten ofertas. También se espera que compitan pequeños astilleros como Fincantieri Marinette Marine en Wisconsin y Austal USA en Alabama.

La propuesta no requiere nuevas tecnologías y está muy lejos a la vez de las naves de combate litorales y de los destructores más grandes y furtivos de la clase Zumwalt, que incorporaron nuevos diseños y tecnologías que contribuyeron a sobrecostos significativos.

En Bath Iron Works, una filial de General Dynamics, se examinaron diseños extranjeros y estadounidenses para cumplir con los requisitos de la Marina y se asociaron con la empresa española Navantia, para utilizar un diseño existente de una fragata española, dijo Dirk Lesko, presidente del astillero.

Fte.: Sputnik y Navy Times