Por qué Japón ha elegido a Gran Bretaña e Italia para su programa de cazas F-X

Cinco razones por las que Japón decidió desarrollar conjuntamente un caza de nueva generación con Reino Unido e Italia, y no con EE.UU.

Muchos de los buques japoneses que derrotaron a la flota rusa en la Batalla de Tsushima en 1905 habían sido construidos en Gran Bretaña e Italia. Ciento diecisiete años después, Japón recurre a estas dos naciones europeas para desarrollar y construir conjuntamente un caza furtivo de nueva generación, el F-X.

En una declaración conjunta emitida el 9 de diciembre, los primeros ministros de Japón, Reino Unido e Italia anunciaron el nuevo Programa Aéreo de Combate Global (GCAP, por sus siglas en inglés), que desplegará un caza de sexta generación para 2035, integrando sus futuros programas de aviones de combate F-X y Tempest.

Teniendo en cuenta la estrecha alianza entre Japón y Estados Unidos en la posguerra, es muy raro que Tokio se asocie con otro país para un proyecto de defensa nacional de esta envergadura. Así pues, el GCAP supone una colaboración histórica.

¿Por qué ha elegido Japón a estos socios en lugar de Estados Unidos? Cinco razones principales, conocidas en una sesión informativa previa celebrada el 8 de diciembre por el responsable del programa en la Agencia de Adquisición, Tecnología y Logística de Japón (ATLA), y en la información facilitada por otros cargos diplomáticos y de defensa lo justifican.

1: Cronología

En primer lugar, el funcionario de ATLA dijo que Tokio ha elegido a la británica BAE Systems como socio colaborador frente a Lockheed Martin porque los calendarios de desarrollo de los programas F-X y Tempest coinciden.

«F-X y Tempest comparten calendario, lo que facilita la colaboración entre Japón, Gran Bretaña e Italia»

«Mientras que, en relación a EE.UU., el calendario de desarrollo de ambos proyectos está desfasados», añadió el funcionario.

En Japón, el programa del avión de combate F-X está siendo dirigido por Mitsubishi Heavy Industries (MHI) como único contratista principal, junto con siete subcontratistas: IHI, Kawasaki Heavy Industries (KHI), Subaru, Toshiba, NEC, Fujitsu y Mitsubishi Electric.

Se espera que el futuro caza sustituya a la actual flota de 91 cazas polivalentes MHI F-2 de la Fuerza de Autodefensa Aérea de Japón (JASDF) en 2035.

Por parte europea, el Tempest se está desarrollando como parte del Future Combat Air System (FCAS), que incluye planes para trabajar con una flota de vehículos aéreos no tripulados (UAV). El programa lo llevan a cabo cuatro socios industriales principales: BAE Systems, Leonardo, Rolls-Royce y MBDA. BAE Systems dirige el desarrollo en el Reino Unido y Leonardo en Italia.

2: Prestaciones

En segundo lugar, las tres naciones comparten requisitos tácticos comunes para el futuro caza. Con el fin de garantizar la superioridad aérea como nación marítima, tanto Japón como Reino Unido planean adquirir un caza furtivo polivalente de gran autonomía y dos motores, que le permitan gran capacidad de carga de misiles.

El responsable de defensa de ATLA dijo que a través del GCAP Tokio pretende «fabricar un caza superior a menor coste y de forma más eficiente».

«Construiremos un caza que supere las prestaciones del F-35 estadounidense y del Eurofighter europeo, sobre todo en cuanto a capacidad de sensores y redes», previó el funcionario.

3: Reducción de costes y riesgos

En tercer lugar, Japón, Reino Unido e Italia, que son prácticamente potencias medias, pueden reducir los costes de desarrollo y los riesgos tecnológicos trabajando juntos. El coste de desarrollo de nuevos aviones de combate es tan enorme que difícilmente puede ser cubierto por un solo país.

En Europa, aparte del Tempest, tres países europeos, Francia, Alemania y España, ya están desarrollando conjuntamente el Caza de Nueva Generación (NGF) que constituye el núcleo del proyecto más amplio Sistema Aéreo de Combate del Futuro Franco-Alemán-Español (FCAS/SCAF). Por este motivo, Gran Bretaña señaló a Japón como socio en Asia Oriental, más allá de las fronteras europeas. El Reino Unido puede pensar que Tokio está bien financiado.

4: Libertad para introducir futuras modificaciones

En cuarto lugar, la negativa de Estados Unidos y Lockheed a compartir información tecnológica confidencial, como el código fuente, ha hecho que Tokio se dirija a Gran Bretaña para un desarrollo conjunto. Tokio quiere acceder al código fuente del nuevo caza para que la JASDF pueda introducir actualizaciones independientes y localizadas ya que, sin dicho acceso, la no puede introducir libremente las modificaciones que desee.

Una amarga lección para Tokio que afectó a sus F-2 y F-15.

Por el contrario, Reino Unido se ofreció a cooperar en la investigación conjunta y el diseño básico del motor y el radar, dos áreas en las que Japón se había visto limitado durante el desarrollo del F-2. Por este motivo, en el Ministerio de Defensa japonés se han creado grandes expectativas de que Japón pueda convertirse en un socio igualitario con Gran Bretaña, a diferencia de Estados Unidos.

5: Exportaciones

Por último, se cree que Japón, Gran Bretaña e Italia pretenden aumentar el número de unidades de producción mediante un desarrollo conjunto eficiente y eficaz, reducir el coste unitario de la producción en serie y vender su caza a mercados extranjeros en el futuro. Se espera que Reino Unido e Italia exporten al mercado europeo, mientras que Japón lo haga a mercados asiáticos.

Paralelamente al desarrollo del caza, el gobierno japonés está considerando la posibilidad de suavizar sus restricciones a la exportación de material de defensa.

Según los «Tres principios sobre transferencia de equipos y tecnología de defensa» de Japón, las exportaciones a países que no desarrollan armas conjuntamente con Japón se limitan a los necesarios para misiones de rescate, transporte, alerta, vigilancia y dragaminas.

Fte. The Diplomat