¿Qué pasaría si el Ejército de EEUU se deshiciera de sus tanques? El Army cuenta con tanta potencia de fuego, en tantas formas, que probablemente podría detener cualquier ataque concebible de cualquier ejército de la Tierra.
Los tanques son su principal arma ofensiva, y sin ellos tendría dificultades en operaciones ofensivas.
En 1994, el Ejército de EEUU arrojó al mar, frente a la costa de Florida, los carros de combate M60 retirados del servicio. Sustituidos por el M1A1 Abrams, se trataba de excedentes que ya no necesitaba. Su nueva misión, convertirse en un refugio para la vida marina, tuvo un gran éxito; hoy en día, los tanques son un popular destino de buceo, que atrae a peces, tiburones, langostas y otros animales.
Ahora imaginemos: ¿qué pasaría si, en un arrebato de locura, arrojara los 2.300 carros Abrams al océano? Aunque eso crearía un boom inmobiliario para las langostas, ¿qué ocurriría con la misión del Ejército de defender la nación, a nuestros aliados y nuestros intereses en el extranjero? ¿Afectaría la pérdida de la fuerza de tanques a su capacidad para llevar a cabo misiones esenciales en tiempo de guerra?
¿Qué aporta el carro de combate?
Se trata de la principal arma terrestre ofensiva del Ejército. Según la doctrina actual, su misión fundamental es «acercarse al enemigo y destruirlo”. Se trata de una misión ofensiva que le permite tomar terreno y, finalmente, ganar la guerra. Los tanques hacen esto con la combinación de velocidad, protección y movilidad. La velocidad les da la capacidad de avanzar hasta las líneas enemigas, entrar en ellas y superarlas, mientras que la protección les permite resistir los impactos de las armas enemigas y seguir avanzando. La potencia de fuego, en forma de cañón principal de gran calibre y ametralladoras, significa que pueden arrasar las defensas enemigas, incluidos otros tanques, permitiendo que el ataque avance. En 2020, había 73.000 tanques en todo el mundo (sin incluir los aproximadamente 2.500 que Rusia ha perdido en Ucrania) y casi todos los ejércitos de la Tierra contaban con ellos en sus inventarios.
Estados Unidos está desarrollando actualmente una nueva versión del tanque Abrams, el M1E3 Abrams, mientras que Alemania y Francia están desarrollando el Sistema Principal de Combate Terrestre, o MGCS. China tiene el tanque ZTZ-99A2, Japón el tanque Tipo-10 y Corea el K2 Black Panther. Aunque el tanque ha sido declarado muerto muchas veces en el último siglo, está claro que los ejércitos del mundo siguen teniendo fe en ellos.
Reglas del juego
En la actualidad, el Ejército de EEUU dispone de un total de 16 brigadas acorazadas, 11 en activo y 5 en la Guardia Nacional. Cada una de ellas está formada por un número casi igual de tanques M1 Abrams y vehículos de combate de infantería M2 Bradley, con infantería montada. A efectos de este experimento mental, convertiremos todos los tanques M1 en Bradleys M2.
Este ejercicio enfrentará a un batallón de armas del US. Army o un tercio de una brigada, con un grupo táctico de batallón ruso, una unidad de tamaño aproximadamente igual, aunque sólo los rusos tendrán tanques. Examinaremos dos escenarios diferentes: uno en el que los rusos atacan a los estadounidenses, y otro en el que la unidad estadounidense ataca a los rusos.
Actuación en misiones defensivas
El Ejército estadounidense moderno se estructuró originalmente para enfrentarse al Ejército soviético, una fuerza mecanizada y repleta de tanques que se encontraba al otro lado del Telón de Acero oponiéndose a la OTAN. El Ejército de EEUU, de arriba abajo, fue diseñado para matar tanques, o facilitar la matanza de tanques. ¿Un tanque Abrams? Mata tanques. ¿Vehículo de combate Bradley? Mata tanques y transporta infantería que mata tanques. ¿Helicóptero de ataque Apache? Mata tanques desde el aire. ¿Helicóptero Blackhawk? Puede transportar suministros que matan tanques o infantería que mata tanques. Y así sucesivamente.
Esta estructura sigue existiendo en el Ejército moderno, no sólo porque emplea las mismas armas (actualizadas), sino porque está orientado a luchar contra amenazas de alto nivel que siguen disponiendo de tanques. Los vehículos de combate Bradley siguen equipados con misiles antitanque de largo alcance TOW2B, y la infantería que va en su interior está armada con misiles antitanque Javelin y cohetes antitanque no guiados AT-4. El resultado es que nuestro batallón está equipado con un total de 60 sistemas de misiles y probablemente más de 100 cohetes antitanque.
La mayoría de las armas antitanque actuales tienen una probabilidad de impacto de alrededor del 90%. Si sólo la mitad de nuestros misiles inutilizan un tanque ruso u otro vehículo blindado de combate, y sólo una quinta parte de nuestros cohetes lo hacen, eso suma 50 vehículos enemigos destruidos, lo que es suficiente para destripar un grupo táctico ruso y dejar de ser eficaz en combate. Y eso sin contar con el apoyo de la artillería y los helicópteros de ataque.
En resumen: El Ejército de EE.UU. es perfectamente capaz de llevar a cabo una misión defensiva contra un adversario igual sin tanques.
Actuación en misiones ofensivas
En ataque es donde la cosa se pone más delicada. Nuestro experimento le quita al Ejército la principal herramienta ofensiva de su caja de herramientas, y aunque seguimos teniendo opciones, atacar es mucho más complicado sin ellas. ¿Sigue siendo posible? En realidad, una batalla en Ucrania el mes pasado sugiere que sí.
Nuestro batallón ficticio está formado íntegramente por vehículos de combate Bradley e infantería. Los Bradley se diseñaron originalmente para luchar junto al tanque Abrams y avanzar junto a él, consolidando el terreno ganado en un ataque al transportar a la infantería en un capullo blindado y móvil. El Bradley también está armado con un lanzamisiles antitanque TOW y un cañón automático M242 «Bushmaster» de 25 mm. Esto permite al Bradley atacar objetivos de oportunidad mientras avanza junto a los tanques, pero no tiene suficiente potencia de fuego para convertirlo en el principal reductor de las defensas enemigas. Tampoco tiene la protección blindada para avanzar solo, sin tanques.
El cañón Bushmaster de 25 mm es antiguo y está previsto que sea sustituido por un cañón de 50 mm en el reemplazo del Bradley, pero en enero de 2024, dos Bradley armados sólo con Bushmasters se enfrentaron a un T-90M, el tanque ruso operativo más reciente, y lo maltrataron tanto con sus cañones de calibre ligero que el tanque resultó dañado y posteriormente abandonado. Fue un resultado inesperado, y probablemente influyó el entrenamiento de las tripulaciones de ambos bandos… pero ocurrió.
Sin tanques, una unidad Bradley tendría que adoptar tácticas diferentes para llevar a cabo los ataques. La infantería probablemente operaría a pie, ralentizando el ritmo del ataque. Cuando la infantería se topara con obstáculos, llamaría a los Bradleys para destruirlos, pero tendría que tener cuidado de no exponerlos a un fuego antitanque eficaz. El ritmo lento de un ataque de este tipo, y el hecho de que la infantería estaría al descubierto, haría a todos los implicados vulnerables a los ataques de la artillería enemiga.
Lo esencial
Sin tanques, el ejército estadounidense sólo podía avanzar en una dirección: hacia atrás. Un ejército que no puede avanzar puede no perder la guerra, pero tampoco puede ganarla. La conclusión es que los tanques siguen siendo inestimables en la guerra moderna, y hasta que dejen de serlo, las langostas marítimas tendrán que buscarse otro lugar donde vivir.
Fte. Popular Mechanics (Kyle Mizokami)
Kyle Mizokami escribe sobre temas de defensa y seguridad en Popular Mechanics desde 2015. Los artículos de Kyle han aparecido en The Daily Beast, U.S. Naval Institute News, The Diplomat, Foreign Policy, Combat Aircraft Monthly y VICE News, entre otros.