La Ruta de la Seda frente a la Ruta de las Especias: el IMEC y sus implicaciones

El discurso de apertura del Primer Ministro Modi en la reunión del G20 hizo referencia a la superación de la crisis de confianza mutua entre las naciones y al turbulento estado de la economía mundial. La culminación de la Cumbre del G20 2023 en Delhi ha dado lugar a algunos acontecimientos cruciales en la escena mundial. El primer ministro indio, Narendra Modi, anunció el lanzamiento de un megaproyecto de conectividad transnacional y plurilateral, el Indian Middle East-Europe Economic Corridor (IMEC). India, Arabia Saudí, EAU, Francia, Alemania, Italia, la UE y EE.UU. han acordado una decisión histórica para crear un proyecto híbrido de conectividad que incluya rutas marítimas y ferroviarias. Sin embargo, la idea que subyace al IMEC tiene sus raíces en el I2U2, un foro de la Cuadrilateral formado por India, Israel, EAU y EE UU.

Al extenderse entre India y Europa a través de Oriente Próximo, el IMEC se ha convertido sin duda en un contrapunto al proyecto insignia chino BRI.  Por lo tanto, el IMEC se convierte en un importante movimiento geopolítico al aliarse con algunas de las naciones del G20 para evitar la dependencia de los proyectos chinos con fines económicos, de infraestructuras y de conectividad. Poco después del anuncio, países como Turquía expresaron su preocupación por la viabilidad del proyecto en caso de que se excluyera, ya que ello privaría a Turquía de su papel en un proyecto tan crucial para el desarrollo de infraestructuras.

IMEC: componentes y objetivos

El corredor IMEC se divide en dos partes: el Corredor Norte y el Corredor Este. El corredor septentrional, cuyo centro es el Golfo Arábigo, conectaría Europa y el Golfo Arábigo. Dentro del Golfo Arábigo, la ruta terrestre daría paso a las líneas ferroviarias a través del puerto de Haifa (Israel) hasta Jordania y EAU, pasando por Arabia Saudí. El Corredor Oriental conectará el Golfo Arábigo con India.  El corredor pretende conectar los puertos de ambos continentes para facilitar y agilizar el comercio y el transporte, reduciendo el tiempo de tránsito hasta en un 40%. El IMEC ofrece un canal alternativo al congestionado y altamente arancelado Canal de Suez. Además, el corredor pretende facilitar el comercio, exportar energía limpia a través de oleoductos de hidrógeno, tender cables marítimos subterráneos para el suministro de energía e Internet estable, lo que desbloqueará un crecimiento económico sostenible e integrador.

Reinventar y revitalizar el antiguo legado:

La ruta que une India, Oriente Medio y la masa continental europea revive la antigua ruta comercial de las especias, que había sido predominante y mucho más amplia y extensa durante los primeros siglos hasta el siglo XV. En la antigüedad, la ruta comercial marítima era popular por el nombre de «Ruta del Mar Rojo», que conectaba el mercado del Imperio Romano y el subcontinente indio a través del Mar Rojo. Revivir esta ruta pondría de relieve las relaciones comerciales y culturales existentes entre las naciones y actuaría como contrapunto a la narrativa de la «Ruta de la Seda» invocada por China en el marco de la BRI. La IMEC proporciona una ruta directa que conecta India con Europa; al incluir una línea ferroviaria, la ruta de las especias se ha reinventado para conseguir una ruta más directa entre Europa e India.

¡Un golpe maestro geopolítico si se materializa!

La región de Oriente Próximo está siendo testigo de cambios geopolíticos sin precedentes con la reconciliación entre Arabia Saudí e Irán mediada por China, se renuevan las esperanzas sobre la posibilidad de un acuerdo de paz entre Israel y Arabia Saudí, pero con EE.UU. como intermediario, indicios que revela el grupo I2U2. Estados Unidos está promoviendo el corredor de forma proactiva y ha propuesto una reunión de los Estados miembros para debatir un plan de acción en los próximos sesenta días.  Si se materializa, este corredor encierra un importante potencial para sentar a la misma mesa a Estados rivales como Arabia Saudí e Israel. La conexión del puerto de Haifa, en Israel, con la línea ferroviaria que atraviesa Arabia Saudí crearía una compleja interdependencia entre estos Estados que sería mutuamente beneficiosa y quizá llevaría a estrechar lazos. Además, la agitación geopolítica en Oriente Medio podría resolverse si la región se interconecta con una agenda común de desarrollo socioeconómico.

Este corredor también indica un cambio desde los proyectos de infraestructuras dirigidos por China hacia un enfoque más integrador. A medida que han ido surgiendo problemas en relación con la sostenibilidad de los préstamos concedidos por las empresas chinas en el marco de la BRI, varios proyectos han sido calificados de insostenibles. Los problemas surgidos con la línea de crédito china para proyectos de infraestructuras en Sri Lanka y Pakistán son un recordatorio de la trampa de la deuda. La noticia de que Italia planea retirarse del BRI animaría a otros países a seguir su ejemplo, lo que convertiría al IMEC en una alternativa viable al BRI.

¿Una alternativa mejor al BRI?

El IMEC forma parte de una iniciativa más amplia liderada por Occidente, Partnership for Global Infrastructure Investment (PGII), anunciada durante la Cumbre del G7 celebrada en Reino Unido en junio de 2021. El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hizo hincapié en el marco «Build Back Better World (B3W)» para crear un entorno más sostenible en el marco de la PGII, que se centraría en la construcción de infraestructuras resistentes al cambio climático de forma transparente para alcanzar los objetivos de igualdad de género y desarrollo de infraestructuras sanitarias.

Centrándose en proyectos de infraestructuras de calidad, el IMEC tiene en cuenta factores como la sostenibilidad económica de los proyectos de infraestructuras para el país anfitrión, la transparencia de la información y el bajo riesgo medioambiental, social y de gobernanza.

Para atraer a agentes privados, la certificación Blue Dot Network (BDN) agilizaría y simplificaría aún más el proceso al calificar la sostenibilidad y viabilidad de los proyectos, de modo que el dinero de los inversores no se derrame en proyectos de baja calidad. Además, iniciativas como FAST-infra movilizarían más inversión privada en proyectos sostenibles de alta calidad a la altura de las normas mundiales, lo que contrasta con los préstamos bilaterales chinos de deuda y la reestructuración en el marco de la BRI.

Además, existen posibilidades de ampliación hacia atrás, ya que India puede proporcionar espacio y logística en el marco de su política de Act East para extender el corredor a naciones como Bangladesh y Myanmar, y a otros países del Sudeste Asiático como Tailandia y Taiwán. De este modo, se facilitaría que los bienes fabricados en Asia llegaran a distintos mercados a lo largo del corredor, reduciendo el tiempo de transporte y los precios de los bienes en el mercado mundial.

Los problemas localizados con los proyectos relacionados con la BRI, como el CPEC en Pakistán, donde se enfrenta a la resistencia de la población de las provincias de Sindh y Baluchistán, y también en África, nos recuerdan el descuido del aspecto humanitario del desarrollo de infraestructuras en el marco de la BRI. Aprendiendo de la situación existente, el IMEC ha incorporado las lecciones y ha intentado rectificar las lagunas de los proyectos multinacionales de desarrollo de infraestructuras de tal magnitud para presentar un proyecto sostenible con un enfoque holístico.

Fte. Geostrategic Media