El Jefe del Ejército de EEUU habla de las características del futuro carro de combate

El Jefe del Estado Mayor del Ejército de EE. UU. habló acerca de lo que le gustaría que fuera el carro que sustituya al M1 Abrams. Ante en el National Press Club en Washington DC, el Jefe del Estado Mayor, Mark Milley, mencionó a los cañones electromagnéticos, tripulación reducida o ninguna tripulación, los llamados sistemas de protección activa y una coraza súper fuerte pero ligera, que redujera drásticamente el peso del vehículo.

Citado en Breaking Defense, Milley dejó claro que quería que el carro que siga al M1A2 Abrams, de 40 años, fuera una «ruptura», -en oposición a las tecnologías incrementales. Un tanque incremental tendría, por ejemplo, un arma principal de 140 milímetros, una turbina o un motor diésel más eficiente, y más coraza, pero quizás nada más que eso.

El problema de las tecnologías incrementales es que sólo conseguirán hacer un carro más pesado, menos móvil. El Abrams comenzó su carrera como un tanque de 58 toneladas con un cañón de 105 milímetros, y hoy pesa 70 toneladas y su cañón es de 120 milímetros. Calibre mayor, arma más pesada, motor convencional más potente serán más pesados, pero una coraza más pesada será la que más pese.

Las tecnologías innovadoras, por otra parte, podrían ser de menor tamaño a la par que más potentes, dando como resultado un carro más ágil y más fácilmente transportable. Un cañón electromagnético podría significar menor volumen, mientras que proporcionaría aún más potencia destructiva contra los carros enemigos. Un carro controlado a distancia, sin tripulación podría combatir con menos riesgo para las tripulaciones humanas.

Una coraza más ligera y que protegiera mejor, dijo Milley, sería el «Santo Grial» para un carro de combate. Una coraza capaz de absorber la energía cinética y los disparos de carga hueca (explosivo, antitanque) permitiría al nuevo carro ignorar a los misiles antitanques y las armas contracarro de la infantería.

Milley también imagina un carro tripulado, pero sin conductor, en el resto de la tripulación se concentrará en el combate, o incluso sin tripulación.

Milley comentó que, aunque el Ejército de EE. UU. tiene hoy un «buen carro» en el Abrams, necesitará uno nuevo dentro de los próximos 25 años.

Avisó acerca de que las tecnologías rupturistas, aunque llenas de promesas, tienen sus propios problemas. A menudo las Fuerzas Armadas las adoptan antes de que maduren completamente. Ejemplos reciente, el radar, la catapulta, y sistema de lanzamiento y parada de aviones en último portaaviones de la Navy, el USS Gerald R. Ford. El Ford ha concluido con un sobreprecio de mil millones sobre el presupuesto y años detrás de lo programado.

Este es el tercer intento del Ejército para fabricar un sustituto del M1. De 1999 a 2008, el Army gastó 18.100 millones de dólares tratando de crear una familia completa de vehículos para reemplazar al Abrams, al vehículo de combate Bradley y a otras plataformas, programa que se canceló sin que  un solo vehículo entrara en servicio. El programa, llamado Future Combat Systems, era tecnológicamente hablando, demasiado para ser viable. Un segundo programa, el Ground Combat Vehicle, se canceló en 2014, de nuevo sin que un solo vehículo alcanzara el estado operativo.