Enfrentados a un programa fallido que se comió 700 millones de dólares hace cinco años, los alemanes están dispuestos a evitar errores dolorosos en la compra de tres aviones no tripulados «Triton» a la Armada de Estados Unidos, fabricados por Northrop Grumman.
Especialmente cuando se trata de la aeronavegabilidad de los nuevos aviones no tripulados en el espacio aéreo compartido, Berlín quiere asegurarse de que hay cláusulas predefinidas, que le permitan abandonar el programa, en el caso de que el avión no obtenga los permisos necesarios, ha dicho el gobierno a los legisladores.
Por ejemplo, los alemanes quieren que el contrato exista una sección, dedicada a un «plan de calificación de la aeronavegabilidad», respondió el Ministerio de Defensa a los miembros del partido izquierdista Die Linke, según informó el sitio web de Tagesschau.
Además, Alemania quiere poder retirarse, si la certificación del sistema «sense and avoid», que evita colisiones en el aire, del Triton por parte de las autoridades estadounidenses no se traduce en la aprobación por parte de los propios inspectores de seguridad del Bundeswehr.
La adquisición del derivado de la Armada de Estados Unidos del Global Hawk se llama «Pegasus» en Alemania, que es la abreviatura de «Persistent German Airborne Surveillance System». Berlín recibió recientemente la noticia de Washington de que se autorizaría la venta por el sistema «foreing military sales», en respuesta a la solicitud de Alemania para la aeronave.
Se espera que las negociaciones contractuales concluyan en el primer semestre de 2019. El primer avión teledirigido Pegasus llegará al inventario del Bundeswehr en 2025.
El «Euro Hawk», cancelado en 2013, fue un ejemplo de libro de texto de omisiones en la adquisición aparentemente triviales, pero que terminan hundiendo un programa. Diseñados para llevar el incómodo sensor de inteligencia de señales «ISIS», fabricado por una filial de Airbus, los reguladores nunca certificaron que el Euro Hawk pudiera sobrevolar Europa de forma segura.
El programa casi costó el cargo al ministro de Defensa alemán en ese momento, a quien se criticó por no señalar el problema de la certificación de aeronavegabilidad lo suficientemente temprano en el programa.
Imitar la acción humana para evitar una colisión inminente en el aire, sigue siendo un problema difícil en el vuelo de los aviones no tripulados. Las autoridades alemanas han justificado las compras del Tritón, por un valor de más de 2.000 millones de dólares, argumentando que, el trabajo de Estados Unidos en cuestiones de seguridad aérea estaba más avanzado que los esfuerzos alemanes, y que las certificaciones de la Armada de Estados Unidos a tal efecto serían más o menos aplicables en Europa.
Fte. Defense News