El US Army se prepara para superar los primeros obstáculos del cañón estratégico de largo alcance

El Ejército de Estados Unidos se está adentrando en una importante área de desarrollo de la ciencia y la tecnología, al construir un cañón estratégico de largo alcance, uno que podrá disparar un proyectil a 1.000 millas náuticas, y planea poner el programa a prueba por primera vez en breve, según el Coronel John Rafferty, quien está a cargo del proyecto de modernización, máxima prioridad del Ejército, los fuegos de precisión de largo alcance.

El Ejército trabaja con el Centro de Investigación y Análisis del Polígono de Misiles de White Sands y con el Centro de Análisis del Ejército, para confirmar que puede lograr lo que se espera de dicho sistema, dijo Rafferty a Defense News en una entrevista previa a la conferencia anual de la Asociación del Ejército de Estados Unidos.

El Ejército quiere demostrar un prototipo del cañón de largo alcance en 2023, tras lo que tomará la decisión de financiar un programa.

El programa está estructurado para traspasar las «grandes puertas de la tecnología», dijo Rafferty. «Estamos a punto de derribar una de esas puertas con una prueba en Dahlgren, Virginia, muy pronto.»

Pero la tecnología necesaria para lograr tal capacidad es tan vanguardista que no se sabe si esa distancia específica puede lograrse a un costo aceptable.

Para el Ejército, el alcance será el rey en las operaciones futuras contra enemigos como China y Rusia, que han invertido en tecnologías defensivas, como la combinación de sistemas de defensa aérea de largo alcance, artillería y defensas costeras, con la integración sin fisuras de radares de largo alcance sobre el horizonte será difícil de contrarrestar, según Rafferty.

«Ese sistema integrado desafía el acceso a la zona incluso a nuestros aviones y barcos más sofisticados», dijo. «Ese escalonamiento del enemigo a nivel estratégico es realmente el problema fundamental. Una de las maneras de resolverlo lanzar fuegos de superficie a superficie, que puedan penetrar este complejo (anti acceso, denegación de área) y desintegrar su red para crear ventanas de oportunidad para que nuestra Fuerza Conjunta las explote».

Esa capacidad de superficie a superficie puede ser proporcionada por el Ejército, añadió.

Hay dos sistemas complementarios, diseñados para penetrar el territorio enemigo: el misil hipersónico, que es tecnológicamente excelente, será caro y la Fuerza «probablemente nunca tendrá suficientes», dijo Rafftery; luego está el cañón estratégico, que «podrá lanzar un volumen de proyectiles más asequibles», posiblemente 12, 16 o 20 en menor tiempo, para destruir objetivos, dijo Rafferty.

Cada una de las puertas tecnológicas por las que el Ejército tratará de pasar, es una oportunidad para evaluar si ese medio está cumpliendo con las metas de letalidad y coste. «Esta idea de volumen, asequibilidad y letalidad está ante todo en nuestras mentes», dijo Rafferty.

» En gran parte esto reduce el costo», dijo el General James McConville, Jefe de Estado Mayor del Ejército, a Defense News en una entrevista reciente. «Si somos capaces de desarrollar el sistema estratégico de cañones de largo alcance, los proyectiles pueden costar solamente 400.000 o 500.000 dólares, en comparación con los proyectiles multimillonarios. El costo sí importa, y a nosotros nos preocupa. Hay algunos, definitivamente, desafíos físicos en hacer este tipo de cosas, y ese es el dilema».

El Ejército está «tratando de ser innovador, por lo que tiene que hacer es demostrar la capacidad en cada fase a lo largo del camino. Y si eso no sucede, no lo haremos», agregó McConville.

Fte. Defense News 

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