La Armada americana quiere un nuevo avión de combate que sustituya a los Super Hornets a partir del 2030. El nuevo caza estará tripulado y tendrá mayor alcance que el F-35. La Armada, enfrentada a la disminución de los presupuestos hasta la década de 2020 y a un corto ciclo de desarrollo, puede recurrir a una cara conocida para conseguir un «nuevo jet» rápidamente.
La Armada de EE.UU. está sentando las bases para construir un nuevo avión de combate en algún momento de la próxima década. El caza Next Generation Air Dominance, que reemplazará al F/A-18E/F Super Hornet, comenzará a volar en los portaaviones de EE.UU. en la década de 2030. Pero la disminución del presupuesto de defensa y el corto plazo podría significar que el mejor candidato es… el F-35.
Los portaaviones de la Armada de EE.UU. suelen embarcar cuatro escuadrones de aviones de combate como parte del ala aérea del portaaviones. En este momento, los cuatro escuadrones vuelan el F/A-18E/F Super Hornet. En el curso de la próxima década, la Marina retirará los Super Hornets más viejos en favor de la versión de portaaviones del F-35, el F-35C. Para la década de 2030, un ala aérea de portaaviones debe consistir en unos dos escuadrones de Super Hornets mejorados, el Bloque III, y dos escuadrones de F-35C.
Ahora, de acuerdo con USNI News, ha puesto en marcha el programa para supervisar el desarrollo del caza, al que llama Next Generation Air Dominance (NGAD). El caza sería el primer nuevo avión de combate del Pentágono desde el F-35.
El avión de combate F-35 tardó más de 20 años en pasar de los planos a la operatividad. Durante ese tiempo, EE.UU. pasó de una era de relativa paz como única superpotencia indiscutible al presente, con una Rusia agresiva y el creciente ejército chino emergiendo como competidores estratégicos.
Desde el principio, el F-35 estuvo atrapado entra opciones de diseño, que tuvieron sentido en un período de no competencia, como un alcance relativamente corto, baja velocidad supersónica y una pequeña bahía interna de armas. Si el Pentágono hubiera sabido a mediados de los 90 lo que sabe hoy en día, habría desarrollado un avión muy diferente.
El NGAD es una oportunidad para construir ese avión. La Armada quiere un caza tripulado, en vez de un vehículo aéreo sin tripulación. También quiere un alcance hasta un 50 por ciento mayor, lo que le permitirá combatir más lejos del portaaviones y ayudar a mantener al gran barco fuera del alcance de las armas enemigas, como los misiles balísticos anti-buque chinos. La Armada necesita un caza completamente nuevo, un diseño llamado de «hoja limpia» que no sea un derivado de un avión existente. Esto permitiría a la Armada construir exactamente el avión que quiere.
¿Cómo podría ser un nuevo NGAD? El avión podría ser un caza de dos motores, multi-role, capaz de hacer frente a los cometidos aire-aire y aire-tierra en la misma misión. Sería sigiloso, incorporando la última tecnología de reducción de firmas de radar. Es casi seguro que sería un avión grande, tanto para acomodar tanques de combustible más grandes como una bahía interna de armas más grande.
Mientras que los cazas de tercera y cuarta generación podrían ampliar fácilmente su alcance y su carga de armas colgando los tanques de combustible y las municiones del fuselaje y las alas, los cazas de quinta y sexta generación deben llevar ambas cosas internamente para preservar la forma sigilosa del avión. Un caza nuevo puede tener un alcance más corto y llevar menos armas, pero es una compensación calculada para asegurar que el avión y el piloto sobrevivan para hacer más salidas de combate.
Aunque la Armada quiere un caza nuevo, no está claro que eso suceda realmente. Los cazas de quinta generación, incluyendo el F-22, el F-35, el Su-57 de Rusia y el J-20 de China son máquinas inmensamente complicadas que tardan una década o más en desarrollarse. Por otra parte, los expertos consideran que el presupuesto de defensa para 2022 será fijo o sufrirá un recorte del 5 por ciento, dependiendo de si un republicano o un demócrata gana la Casa Blanca.
El tamaño del déficit del presupuesto federal, y el impacto de la pandemia COVID-19 en la economía de EE.UU., inevitablemente afectará el presupuesto de defensa de EE.UU. a lo largo de la década de 2020. Las presiones de tiempo y presupuesto comienzan a acumularse contra el nuevo avión.
Como resultado, la Marina podría verse obligada a aceptar un derivado del F-35.
Un nuevo motor de ciclo adaptativo, actualmente en desarrollo, añade una tercera opción al diseño existente de motor turbofán de postcombustión, permitiendo a un piloto optimizar el motor para un alto rendimiento o largo alcance. General Electric, que está desarrollando un motor de ciclo adaptativo para el F-35, cree que el nuevo motor aumentará el alcance del avión en un 35 por ciento.
El rediseño parcial del fuselaje del avión podría aumentar el suministro interno de combustible del F-35, permitiendo que el nuevo avión alcance el objetivo de aumentar su alcance en un 50 por ciento. Una actualización de la aviónica del F-35, el sistema de computación, y tal vez incluso un arma láser a bordo completaría lo que eventualmente podría ser llamado el F-35D.
La perspectiva de un nuevo avión de combate americano es interesante, pero las expectativas deben atenuarse frente a la realidad. Desarrollar un nuevo caza es exponencialmente más difícil de lo que era hace medio siglo, y podría haber menos dinero para hacerlo de lo que la Marina anticipa. Por el lado positivo, podría ser finalmente la oportunidad de construir un F-35 que satisfaga a todos.
Fte. Popular Mechanics
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