El mundo tras el Covid-19

La Crisis del Covid-19 ha cambiado el panorama mundial, algunos aspectos como la digitalización habían ya modificado el entorno, aunque haya sido ahora cuando nos hayamos dado cuenta, y otros están por llegar. La cuestión es ¿Estamos preparados para ello?

Los escenarios post Covid-19

El primer escenario que nos aparece es el paso atrás de la globalización, con la expansión de un Estado que se hará más omnipresente, el fomento de aranceles y de otras medidas proteccionistas que fomenten la producción nacional, la relocalización de la producción a ubicaciones más cercanas de las áreas de influencia y control, el cambio conceptual de las cadenas de valor en la producción, la necesidad de la geolocalización de los ciudadanos, la participación pública directa o indirecta en las empresas estratégicas para el país y el establecimiento de mecanismos que eviten su toma de control por capital extranjero, así como el incremento de la deuda pública y por consiguiente de la presión fiscal para amortizarla son aspectos que se plasmarán en el entorno interno. El mercado de trabajo cambiará, tanto en precarización de las condiciones salariales basada en una reducción de la demanda como en la continuidad laboral con trabajos que serán meses sí y meses no y con una mayor imposibilidad de viajar con las consecuencias para países, como España, cuyo principal PIB proviene del turismo.

Será necesario un proceso de acomodación de intereses y prioridades dispares según la edad, inmunidad o no de las personas como de sus recursos y necesidades económicas, donde las diferencias sociales se harán más profundas. Es un escenario que puede dar miedo, pero el miedo se vence conociendo las amenazas y dándoles posibles respuestas.

No podemos olvidar las respuestas del resto del mundo, porque nos van afectar, queramos o no. De momento hemos comprobado que las mayores industrias de España han tenido que cerrar sus puertas no sólo por las imposiciones del Estado de Alarma, sino por la falta de suministros procedentes del extranjero. Las economías de la deslocalización nos han dejado en manos de fabricantes extranjeros y de sus intereses. China intenta revertir esta imagen, ofreciendo su ayuda al mundo en la gestión del Covid-19, pero sigue siendo un fuerte competidor cuando entra en un mercado. No en vano desde el siglo XVI llevan siendo los comerciantes del Sudeste Asiático, como nos hicieron notar todas las novelas, relatos y narraciones de las expediciones europeas. Algo de experiencia deben tener…

Y para entrar en el mercado europeo se van a lanzar a comprar empresas en crisis, pues dispondrán de fondos para invertir en industrias europeas. Ya lo están haciendo mediante acuerdos conjuntos de fabricación, y no es descartable que el siguiente asalto sea el control de las empresas mediante la compra de acciones tanto en Europa como seguir realizándolo en África. Por otro lado, la contraparte aliada de China, y quien podía moderar sus ansias expansionistas, Rusia, está muy afectada por la caída de los precios del petróleo, y esto puede pasar factura a Putin, que aspira a una nueva reelección. Estados Unidos se encuentra en plena gestión de la crisis del Covid-19 y Europa está profundamente debilitada. En consecuencia, los escenarios de futuro se inclinan hacia un incremento del poder de China.

Posibles respuestas para España

Ante una crisis global con diversos flancos son varias las respuestas si bien todas tienen a mitigar los efectos de la crisis:

  • La relocalización industrial de la fabricación de suministros entre diferentes zonas del globo. Pese al incremento de los costes, se favorece la seguridad de suministro de materiales y se debe recuperar una pequeña parte de la producción para mantener el conocimiento.
  • La retención del talento. Evitando que el personal altamente especializado abandone España para trabajar en otros países porque nunca volverán. Así como mecanismos sociales que impiden que aumente la precariedad laboral y los indicadores de pobreza.
  • El soporte financiero con el fin de proporcionar instrumentos financieros para que las empresas tengan liquidez, lo que permitirá mantener el conocimiento y la capacidad de innovación para cuando el virus remita. Ofrecer responsabilidad financiera a Europa para obtener fondos europeos para la reconstrucción.
  • El poder ofrecer a la Unión Europea un apoyo incondicional para frenar el expansionismo chino, y mostrar un bloque unido en este aspecto, evitando que la Unión Europea quede dividida, “Divide et Impera”.
  • El incrementar los esfuerzos para entrar en aquellos mercados donde se prevea crecimiento, para contrarrestar las entradas de capital extranjero y limitar sus futuras posiciones de dominio. Acción en la que es necesario asociarse con empresas europeas para ganar fuerza y tamaño. Así como el potenciar la presencia española en los mercados emergentes, donde China puede ocupar una enorme posición de dominio.

Conclusiones

Nos encontramos ante el reto de afrontar los riesgos de una sociedad con mayor peso en lo público, de una deslocalización de los suministros extranjeros entre varios proveedores, manteniendo una pequeña capacidad nacional para poder responder a emergencias y de incrementar esfuerzos en mercados emergentes, para limitar el dominio chino de los mercados de futuro. Y esos retos están interrelacionados y son demasiados grandes para afrontarlos individualmente. La crisis del Covid-19 ha mostrado la necesidad de la cooperación y coordinación como medios para vencerla. Y, por tanto, las soluciones pasan por un mayor apoyo a la Unión Europea en los esfuerzos comunes de reconstrucción.

 

Fernando Pasquín Agero es Teniente Coronel de Artillería y autor del libro “Tratado Bélico de la Empresa”.

Héctor Izquierdo Triana es Directivo de Empresa y Profesor Universitario y autor del libro “Manual de Inteligencia Económica y Competitiva”.

 

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