El Mundo Árabe Clama por el Cambio: Explorando la desesperación

El mundo árabe se encuentra en una coyuntura crítica, con su pueblo expresando desilusión y anhelo de un rumbo diferente. Un anhelo de colonialismo, tutela y mandato, que no es un deseo de subyugación, sino más bien una súplica desesperada de alivio frente a los regímenes opresivos, la corrupción y la decadencia social que asolan la región.

Aunque el término «colonialismo» conlleva connotaciones negativas, simboliza un anhelo de estabilidad, desarrollo y justicia que parece cada vez más inalcanzable en las circunstancias actuales. Los llamamientos al cambio de los pueblos árabes reflejan su profunda frustración y la imperiosa necesidad de una acción transformadora.

Las generaciones que combatieron el colonialismo creían que su liberación les conduciría a un futuro lleno de progreso, libertad y justicia. Sin embargo, sus aspiraciones se vieron truncadas por dictaduras opresoras que priorizaron el interés propio sobre el bienestar de sus pueblos y naciones. Los regímenes gobernantes, desvinculados de sus electores, crearon estados totalitarios que monopolizan el poder y los recursos, al tiempo que fomentan la corrupción y la tiranía. La supresión resultante de las libertades y la erosión de la confianza entre los gobernantes y su pueblo agravaron la crisis.

Para mantener el control, estas dictaduras fusionaron el aparato de seguridad con el poder político, lo que les permite ejercer la autoridad al tiempo que reprime las voces disidentes. La maquinaria de seguridad se convirtió en una herramienta de control, que sofoca cualquier oposición y mantiene el statu quo. En consecuencia, los pueblos árabes se encuentran atrapados en un ciclo de injusticia y opresión que ahoga sus esperanzas de un futuro mejor.

Hoy en día, la mayoría de los pueblos árabes están oprimidos, marginados y desempoderados. Sus naciones se han convertido en peones, sujetos a fuerzas y decisiones externas que moldean sus destinos. La dependencia ha reducido a los países árabes a meros mini-estados, que aplican agendas dictadas por otros. Irak, Palestina, Líbano, Siria, Libia y Yemen sufren diversos grados de luchas internas, y su soberanía y su futuro penden de un hilo.

En este contexto, es comprensible por qué muchos pueblos árabes albergan la impensable idea del retorno del colonialismo, la tutela o el mandato. Este anhelo de intervención exterior no tiene su origen en un amor por el dominio extranjero, sino más bien en un deseo desesperado de alivio de las desastrosas condiciones en las que se encuentran. La petición de tutela, como se vio cuando los ciudadanos libaneses apelaron al presidente francés Macron, ejemplifica el grado de frustración y ansiedad que impregna a las sociedades árabes.

Es importante señalar que las potencias coloniales, agobiadas por sus propios retos, no atenderían estos llamamientos aunque los hicieran. Los estados fallidos del mundo árabe, desprovistos de recursos y con un futuro incierto, suponen una carga insuperable. La responsabilidad de este trágico estado de cosas recae en gran medida en los dirigentes árabes que han traicionado a su pueblo y empañado la reputación de sus patrias. La erosión de la confianza entre gobernantes y gobernados ha provocado una incredulidad y una desilusión generalizadas.

El mundo árabe se encuentra en una encrucijada, enfrentado a una profunda crisis de gobernanza, corrupción y decadencia social. El anhelo de colonialismo, tutela y mandato no es un auténtico deseo de sometimiento, sino un grito desesperado de cambio. Es una manifestación de la frustración y el desencanto resultantes de los regímenes opresivos y de la erosión de la confianza.

Para abordar esta crisis, los líderes árabes deben reconocer la necesidad urgente de una acción transformadora, que restablezca la fe en la gobernanza y cree un futuro que ofrezca esperanza a su pueblo. Sólo entonces podrá el mundo árabe liberarse de su actual ciclo de desesperación y emprender un camino hacia el verdadero progreso, la libertad y la justicia.

Fte. Geostrategic Media (Ing. Saleem Al Batayneh)

Ing. Al Batayneh fue diputado jordano.