El JEME califica de “inyección de moral e ilusión” los programas VCR 8×8, CH-47F y NH-90

El Jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME), el general de Ejército Francisco Javier Varela, ha destacado la importancia de los tres programas de adquisición cuyos techos de gasto se aprobaron a finales de 2018, que representan “una inyección de moral y de ilusión para el año que hemos empezado”, paso inicial para que la futura Fuerza 2035 adquiera el diseño, la estructura y el potencial para poder hacer frente al entorno operacional de la próxima década.

Juan Pons.

En su encuentro anual con los redactores que tratan sobre temas de defensa, el JEME ha calificado de “fundamentales para el Ejército” los dos programas relacionados con la flota aeromóvil. El primero de ellos es la transformación de los 17 aparatos CH-47D a la versión Foxtrot por un valor máximo 819 millones de euros, que va permitir prolongar varias décadas su vida en servicio.

El segundo es la puesta en marcha por un techo de gasto de 1.381 millones del proceso de adquisición de los 23 helicópteros ‒diez para las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra, FAMET‒ que conforman la fase II del programa NH-90 “que nos va a permitir mantener esa flota en un nivel de operatividad elevado”.

También ha valorado como “elemento fundamental para el Ejército” la aprobación de los 2.100 millones ‒hasta el año 2030‒ dedicados a financiar un primer lote de 348 unidades del programa del Vehículo de Combate de Ruedas 8×8 (VCR 8×8), recientemente bautizado como Dragón. Está previsto que 13 ejemplares entren en servicio en 2021 y que el programa alcance una fabricación total de 998 unidades.

El general Varela ha lamentado el retraso en la entrega al Ejército de Tierra de los cinco demostradores tecnológicos que cubren las diferentes versiones que inicialmente se han configurado, a los que la Brigada Experimental ‒basada sobre la Brigada de la Legión‒ va a someter “a partir de julio” a una exhaustiva evaluación durante siete meses.

El jefe del Ejército puso el acento en el gran apoyo que presta la industria de defensa al programa VCR 8×8 y a la estrecha relación que se mantiene con las universidades, “especialmente en lo relativo a I+D e Inteligencia Artificial”. En este sentido, quiso dejar claro que Ejército “no compite” con la secretaria de Estado. “Hay un único cliente, que es el ministerio de Defensa” y Ejército no hace otra cosa que “compartir información y orientar a la empresa y a la universidad para conseguir sinergias y avanzar”.

El JEME, ha recordado que, por las exigencias de la profesión militar, el hombre “es el centro de gravedad de nuestra organización”. En presencia del teniente general Teodoro Baños, jefe del Mando de Personal (MAPER), ha subrayado el impulso que se está dando a la figura del profesorado militar con experiencia en operaciones, a la definición del modelo de carrera de los suboficiales, para que obtengan un título de técnico superior y que se trabaja “junto al ministerio de Defensa en el modelo de carrera de la Tropa, para que adquieran un título de técnico de grado medio”.

En el ámbito de lo que denominó “proteger la retaguardia” explicó que desde diciembre de 2018 los acuartelamientos tiene conexión a la red mediante conexión WiFi de alta capacidad y que, a lo largo del año, el ministerio de Defensa va a poner en marcha un importante paquete de medidas de conciliación de la vida laboral y profesional en los ejércitos y la Armada.

El general Varela destacó que Ejército va a dedicar el año 2019 a conmemorar a los héroes de Baler, la gesta de 50 españoles pertenecientes al Batallón de Cazadores Expedicionario nº 2 quienes, hace 120 años, quedaron incomunicados y asediados durante 337 días en la iglesia de la localidad filipina de Baler, en la isla de Luzón, negándose a rendirse a pesar de que España había declarado la independencia de Filipinas.

Sobre la base de un boceto del pintor Augusto Ferrer-Dalmau, el general Varela explicó que el escultor Salvador Amaya está dando forma a un grupo escultórico que está previsto inaugurar el 30 de junio en Madrid, fecha en que en toda la República Filipina se celebra el “Día de la amistad hispano-filipina”, jornada instaurada el año 1899 por el presidente Emilio Aguinaldo mediante el llamado “decreto de Tarlac”.