La Agencia de Contingencias Civiles sueca dijo que se necesita dinero en efectivo en caso de emergencias tales como en caso de fallos tecnológicos o ataques cibernéticos, por lo que ha pedido a los ciudadanos del país que almacenen dinero en efectivo, porque en caso de emergencias se podrían imposibilitar otros métodos de pago, según The Times.
A menudo se cita a Suecia como el primer país que puede llegar a descartar el dinero en efectivo, pero su banco central, el Riksbank, exigió recientemente una investigación sobre los riesgos asociados con una sociedad sin él.
Según el Foro Económico Mundial, el valor del efectivo en circulación en Suecia ha caído al 1% del PIB del país, sin embargo, en 2017, un estudio del Banco de la Reserva Federal de San Francisco descubrió que el uso del efectivo sigue aumentando en todas las economías del mundo, excepto en Noruega y Suecia.
En 2016, los socialdemócratas suecos en el poder presentaron un plan, para convertir al país en la primera sociedad sin dinero en efectivo del mundo para 2030. Esta fecha límite fue ampliamente apoyada por los líderes de los partidos de la oposición, a condición de que el gobierno alcanzara un consenso con los sindicatos, bancos y principales grupos nacionales de consumidores de Suecia.
Pero no todo el mundo apoya una rápida transición a una moneda digital. Los grupos de interés que representan a los ciudadanos mayores, como la Organización Nacional de Pensionistas de Suecia (SNPO), que cuenta con 350.000 miembros, están exigiendo un debate nacional y un posible referéndum para decidir la cuestión.
«El uso de dinero en efectivo debe seguir siendo un derecho en Suecia mientras se aplique la ley», dijo Christina Tallberg, presidenta de SPNO. «La gente debe seguir teniendo esta opción a su disposición. No estamos en contra de una sociedad libre de dinero en efectivo; sólo queremos que proceda a un ritmo con el que todos se sientan cómodos».
La guía emitida por la Agencia Sueca de Contingencias Civiles es una prueba de que el gobierno quiere actuar con cautela. Una dependencia excesiva de los pagos digitales puede ser un problema si los sistemas se caen debido a un fallo de TI o a un ataque cibernético, por ejemplo.
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