El fracaso de una prueba de misiles Trident suscita dudas sobre la «preparación militar» de Reino Unido

Este es el segundo disparo de prueba de un misil Trident que fracasa de forma consecutiva, lo que suscita dudas sobre la eficacia de la disuasión nuclear del Reino Unido y la preparación de sus Fuerzas Armadas.

Se ha sabido que el misil nuclear Trident «cayó» en el Atlántico tras ser disparado desde el submarino HMS Vanguard de la Royal Navy, durante una prueba realizada el 30 de enero de 2024 frente a la costa de Florida.

En un comunicado enviado a Army Technology, el Ministerio de Defensa británico afirmó que «se produjo una anomalía», pero subrayó que «no había implicaciones para la fiabilidad de los sistemas de misiles Trident en general ni de sus existencias».

Dado el precio de 17 millones de libras (21,5 millones de dólares) de cada misil Trident, las pruebas son poco frecuentes; ésta es la segunda prueba fallida del Trident por parte del Ministerio de Defensa en ocho años, tras un fallo anterior en 2016.

Otros creen que el percance ilustra el «despilfarro de dinero público que se gasta en el programa», afirma Kate Hudson, secretaria general de la Campaign for Nuclear Disarmament (Campaña por el Desarme Nuclear). «En lugar de malgastar miles de millones de libras en aumentar y mejorar sus cabezas nucleares, el gobierno británico debería liderar el desarme nuclear».

Una serie de desafortunados acontecimientos militares

El escrutinio sobre el ensayo nuclear fallido también se ha visto agravado por una serie de acontecimientos embarazosos para el Ministerio de Defensa, según Fox Walker, analista de defensa de GlobalData.

«Este percance se produce en un momento en que algunos cuestionan la preparación militar de Reino Unido, algo especialmente importante dado que el ministro de Defensa ha declarado que el país se encuentra en fase «prebélica»», afirma Walker. «Se suma a la avería del HMS Queen Elizabeth, a la preocupación por la reducción del tamaño del British Army y al fracaso de la prueba Trident del Reino Unido en 2016».

La permanencia de los soldados es un problema importante en el Reino Unido, pues su número ha disminuido hasta ser el más pequeño en siglos, como señaló el general Patrick Sanders, jefe del Ejército Británico, al pedir al gobierno que «movilizara a la nación» el mes pasado.

El ministro de Defensa, Grant Shapps, que al parecer se encontraba a bordo del HMS Vanguard en el momento del disparo fallido del Trident, también se ha enfrentado a anteriores acusaciones de belicismo por sus declaraciones «prebélicas».

«Si hubiera habido un problema cuando la US Navy realizó con éxito una prueba similar en septiembre de 2023, dudo que hubiera suscitado tanta atención», dice Walker a Army Technology. «Tales fracasos ocurren, pero es bastante desafortunado que el Reino Unido sufra dos seguidos, especialmente en un momento en que algunos dudan de la capacidad militar de disuasión y defensa. Esperemos que Putin y otras amenazas no compartan esas dudas».

Costes «muy superiores a los 205.000 millones de dólares estimados en un principio»

Lockheed Martin ha supervisado la producción de los misiles Trident II D5 para los ejércitos británico y estadounidense desde 1989. En ese tiempo, el Ministerio de Defensa afirma que ha «completado con éxito más de 190 pruebas», es decir, «188 lanzamientos de prueba con éxito», según el sitio web de Lockheed.

Walker cree que el fallo de lanzamiento del Trident ha sido objeto de mayor escrutinio en el Reino Unido de lo que habría sido en EEUU.

«Dudo que hubiera sido una noticia tan importante si hubiera ocurrido en EEUU, donde Lockheed fabrica el misil Trident», afirma Walker. «El Ejército estadounidense ha probado el Trident casi 200 veces con un alto índice de éxito. Es poco probable que Lockheed Martin esté demasiado preocupada por las perspectivas a largo plazo del programa Trident, aunque el resultado de hoy no haya cumplido las expectativas.»

Lockheed Martin no respondió a la solicitud de comentarios.

El último fracaso de Trident también arroja dudas sobre un plan respaldado por diputados británicos para gastar 40.000 millones de libras en «modernizar la disuasión nuclear».

Previsto para la década de 2030, esto implica esencialmente sustituir la vetusta flota de submarinos HMS Vanguard por sucesores de la clase Dreadnought.

«El verdadero coste del Trident se ha mantenido en secreto, pero un informe de la Cámara de los Comunes del año pasado cifraba los de la flota Vanguard en 21.000 millones de libras, mientras que los costes operativos anuales desde 2010 oscilan entre 2.500 y 3.100 millones de libras», explica Hudson a Army Technology. «Los costes del reacondicionamiento de media vida del HMS Vanguard saltaron de 300 a más de 500 millones de libras y todavía tenemos que oír del gobierno cuáles serán los costes de sustituir el Trident: serán muy superiores a los 205.000 millones de libras estimados en un principio.»

El HMS Vanguard puede transportar 48 cabezas nucleares Trident II D5 y dispararlos contra objetivos situados hasta 2.500 kilómetros, alcanzando 20.000 Km/h a su máxima velocidad.

De los cuatro submarinos Trident del Reino Unido, uno está siempre alistado en el mar, otro en mantenimiento y dos están en puerto o en maniobras de entrenamiento en cualquier momento, según la Revisión Estratégica de la Defensa de la Royal Navy.

Se espera que los ministros informen a los parlamentarios sobre el incidente hoy (21 de febrero de 2024) en la Cámara de los Comunes. En las próximas semanas se publicarán nuevas cifras sobre el coste del programa Trident.

Fte. Naval Technology (Alex Blair)

Alex Blair es reportero en Reino Unido para GlobalData Media. Escribe sobre temas como conflictos, geopolítica, defensa y deporte.