El contrato de producción del EuroMALE se firmará a finales de 2019

La principal iniciativa europea para poner a punto un dron estratégico-operacional capaz de realizar tareas de reconocimiento, vigilancia y adquisición de objetivos ‒lo que en el acervo militar se denominan misiones ISTAR‒, es el llamado EuroMALE, un proyecto cuyo contrato de desarrollo y producción se pretende que sea una realidad a finales del año en curso.

Juan Pons.

Con la finalidad de que los países europeos implicados dispongan de autonomía en el campo de los grandes aviones pilotados de forma remota o RPAS, el programa EuroMALE comenzó su andadura de manera oficial en septiembre de 2016, cuando los ministerios de Defensa de Alemania, España, Francia e Italia iniciaron los trabajos de estudio para definir tanto los parámetros que harán realidad el avión como el segmento terreno que debe controlar el aparato y sus equipamientos a bordo. Bélgica está interesada en el programa y participa hasta la fecha a título de país observador.

La citada fase de estudio concluyó el pasado 22 de noviembre, una vez superada la revisión y aceptación del diseño preliminar o SPDR (System Preliminary Design Review), periodo de poco más de dos años que ha permitido concretar que el EuroMALE, por ejemplo, que no estará propulsado por reactores tipo turbofan sino por dos motores turbohélice que le proporcionarán un peso máximo al despegue del orden de las 11 toneladas.

También llevará a bordo un radar de apertura sintética, cámaras electro-ópticas en los espectros visible e infrarrojo, instrumentos de geolocalización, comunicaciones vía satélite, sistema de procesado de la señal a bordo y, por supuesto, avanzados equipos de guerra electrónica que preserven sus supervivencia sobre territorio no amigo.

Los Estados Mayores de los cuatro países asociados habían establecido previamente los requerimientos del sistema. Entre ellos destacan que la aeronave pueda despegar y aterrizar de forma automática, sea capaz de volar a un techo de 45.000 pies, disponga de autonomía suficiente para permanecer en el aire 24 horas bajo cualquier condición climatológica y pueda llevar diferentes sistemas de armas bajo sus alas, principalmente misiles aire-tierra. Esas son las prestaciones básicas del futuro MALE europeo, acrónimo de Medium Altitude Long Endurance.

Por acuerdo de los gobiernos de Berlín, París, Roma y Madrid y en nombre de todos ellos, el EuroMALE se gestiona en el seno de la Organización Conjunta de Cooperación en Materia de Armamentos (OCCAR), institución que desde marzo de 2016 dirige el general del Ejercito del Aire español Arturo Alfonso Meiriño. Alemania capitanea la iniciativa, con una participación que por el momento es del 31%, mayor que la de España, Francia e Italia, que en los tres casos es del 23%.

Durante la fase de estudio, cada país contaba con una empresa a modo de responsable nacional para llevar a cabo los trabajos industriales. Airbus Defence and Space GmbH ‒la rama germana de Airbus‒ representaba a Alemania, mientras que Dassault Aviation lo hacía por Francia y Leonardo por Italia.

Airbus Defence & Space SAU ha sido hasta el momento el actor que ha jugado por parte de España, aunque dado el alto componente tecnológico del EuroMALE, GMV, SENER o Indra, por citar solo tres empresas, aspiran a tener una importante participación en el programa.

Con una inversión aproximada de 1.000 millones de euros y con unas expectativas de producción del orden de los 40 aparatos, los cuatro países socios han llegado a la conclusión de que lo más acertado para afrontar la fase de desarrollo y producción es designar un único contratista principal. Las previsiones son que Airbus Defence and Space GmbH asuma las funciones de máximo responsable y cumpla la tarea de coordinar al resto de subcontratistas nacionales.

Si finalmente se cumple las expectativas respecto a suscribir el contrato en las últimas semanas del presente año, los trabajos iniciales de la fase de desarrollo comenzarían a principios de 2020. A finales de 2022 se daría paso a los vuelos de los dos prototipos previstos y, si no surgen graves problemas, las primeras entregas a la Luftwaffe tendrían lugar a finales de 2025 o principios de 2026.

Una de las mayores ambiciones asociadas al desarrollo del EuroMALE es conseguir la certificación de aeronavegabilidad y su integración en el espacio aéreo no segregado. Para conseguirlo, los responsables del programa mantienen estrechos contactos con la Agencia Europea de Seguridad Aérea de la Unión Europea (EASA).