El comportamiento cibernético de China se refleja en el ecosistema de cables submarinos

Paso por Egipto de un cable submarino de internet. IMAGINIMA/GETTY IMAGES

Mientras el mundo aspira a digitalizarse, integrando economías y trascendiendo fronteras, la segunda economía mundial, China, no se permite permanecer al margen. Pero sus acciones en el ciberespacio muestran cómo pretende tomar un camino diferente en su proceso de digitalización.

Las intenciones de China de establecer normas internacionales en materia de digitalización y ciberseguridad se ejemplifican en cómo percibe y reacciona a los cambios en el ciberespacio. Su noción de «soberanía digital» en el ciberespacio está estableciendo normas paralelas de Gobernanza Digital Global, que se basan en un ciberespacio cerrado y no interactivo.

Los cables submarinos empotrados bajo el agua, que transportan datos en los que se basa el funcionamiento del ciberespacio, en general no parecen verse afectados por estas acciones. Pero hay tres rasgos específicos que describen las acciones de China en el ciberespacio y que también se dan en el ecosistema de los cables submarinos.

China sabe que la rentabilidad se antepone a la calidad, especialmente en los países en desarrollo y subdesarrollados. La estrategia china de la Ruta Digital de la Seda (RDS), presentada por Xi Jinping en 2015, aspira a ayudar a los países participantes a desarrollar y mejorar sus infraestructuras digitales. Para construir este ecosistema digital, empresas chinas como ZTE, Dahua, Huawei, etc. son las preferidas en los países de Asia Occidental y el Norte de África por sus ofertas de bajo coste que impulsan la materialización de la DSR. Del mismo modo, la empresa china de cables submarinos Huawei Marine Networks Co. (HMN Tech) también ofrece servicios de fabricación, tendido, mantenimiento y reparación de cables a bajo coste.

A pesar de su nacimiento en 2008, HMN Tech ya cuenta con una cuarta parte de los contratos mundiales de mantenimiento y reparación de cables y se ha convertido en el tendedor más rápido de estos sistemas. Aunque China perdió la licitación del cable Sea-Me-We 6 por culpa de la diplomacia de espaldas a Estados Unidos, su oferta final para la licitación fue un tercio de su oferta original.

Además, jugando con sus precios, China atiende las necesidades del Sur Global, que tiene más posibilidades de adherirse a la forma china de establecer estándares digitales. Casi todos los proyectos de cables submarinos de HMN Tech, salvo los de su vecindario inmediato, están presentes en el Sur Global.

China garantiza la integración mínima con la red digital mundial para mantener su soberanía digital.  El «Gran Cortafuegos» de China es producto de diversas tecnologías y políticas gubernamentales que prohíben la entrada de gran cantidad de datos en el espacio digital chino.

Aunque China aspira a retener el máximo de información que fluye de otros países a su territorio, no quiere integrarse y ceder su propia información a la red digital mundial, bajo el pretexto de garantizar la seguridad y la privacidad de los datos.

Existen normas muy estrictas sobre qué tipo de datos fluyen fuera de su espacio digital. El mismo comportamiento se mantiene también en el ecosistema de los cables submarinos. Mientras que la mayor economía del mundo, Estados Unidos, tiene unos 85 cables submarinos que llegan a sus costas, la segunda mayor economía, China, solo tiene unos 19. Menos cables submarinos significa menos intercambio y difusión más lenta de los datos. Mientras que la empresa china HMN Tech trabaja en unos 134 proyectos de cables submarinos en todo el mundo, China, en su propio territorio, sólo tiene previsto tender 4 en el futuro próximo, lo que supone menor integración con la red internacional de cables submarinos. Se trata de una extensión de su énfasis en la soberanía digital.

Las empresas privadas chinas, especialmente las que contienen información crucial para mantener la estabilidad y la seguridad nacional, están fuertemente controladas por el Gobierno en el backend.

Siempre se ha especulado con la asociación de la empresa de telecomunicaciones Huawei con el Partido Comunista, lo que ha llevado a varios países a retirarse de sus pruebas 5G por temor a la vigilancia y el espionaje a través de sus equipos. Este fuerte control gubernamental continúa también en el ecosistema de los cables submarinos.

Cuando HMN Tech perdió la licitación del cable SeaMeWe-6, dos gigantes chinos de las telecomunicaciones, China Mobile y China Telecom, se retiraron del acuerdo en señal de oposición. Del mismo modo, el Gobierno también ofreció cuantiosas subvenciones a HMN Tech para que se hiciera cargo de un proyecto de 500 millones de dólares que uniría Asia, Oriente Medio y Europa y actuaría como rival del proyecto SeaMeWe-6.

Según algunos, es exagerada la preocupación de que China pueda llevar a cabo actividades de espionaje interviniendo en los cables submarinos. Pero un examen minucioso de estas continuidades del ciberespacio apunta a la posibilidad futura de que ocurra lo mismo también en el ecosistema de los cables submarinos.

El equipo de vigilancia de Huawei supuestamente espió a instituciones gubernamentales de otros países. Hay informes que apuntan a la ocurrencia de incidentes de vigilancia similares en todo el mundo.

Aunque los incidentes deliberados de corte de cables que alteran los flujos globales de datos digitales aún no se han convertido en norma, las crecientes necesidades de digitalización global y el consiguiente énfasis en la arquitectura de los cables submarinos han dado lugar a la apertura de un nuevo frente en la guerra tecnológica entre Estados Unidos y China. Recientemente, China supuestamente saboteó los cables submarinos de la isla de Matsu, bloqueando la información sobre la isla exterior de Taiwán durante unas seis semanas. Si se puede detener la información que fluye por estos cables submarinos, también se puede extraer. La combinación letal de detención y extracción de información puede crear un enorme cambio en la dinámica de poder, ya que los datos se convierten en una de las más afiladas espadas de doble filo. Es importante comprender estas reflexiones para predecir el comportamiento de China en el ecosistema de los cables submarinos, cuya importancia se multiplicará en un futuro próximo.

Fte. Modern Diplomacy (Aishwarya Acharya)

Aishwarya Acharya cursó un máster en Relaciones Internacionales y Estudios de Área en la Universidad Jawaharlal Nehru de Nueva Delhi y actualmente trabaja como becaria de investigación en el Instituto de Estudios Chinos. Le interesan la seguridad, la economía política y la geopolítica tecnológica. Ha escrito artículos para Financial Express, Lowy Institute, etc.