- La evolución de los drones en escenarios de conflicto ha planteado nuevos desafíos para la defensa, impulsando el desarrollo de soluciones como las armas de energía dirigida ante la creciente autonomía y sofisticación de estos sistemas.
La accesibilidad y relativa facilidad de producción de drones ha facilitado su rápida adopción tanto por ejércitos regulares como por grupos terroristas en una variedad de actividades y misiones. Hasta el momento, los equipos de guerra electrónica basados en la interferencia de las señales de control y navegación de los drones han demostrado su utilidad cuando se despliegan con la suficiente capilaridad. Sin embargo, se prevé que la próxima generación de drones opere de forma autónoma, empleando navegadores inerciales, técnicas de visión e inteligencia artificiales para la organización y ejecución de ataques. En este contexto, las armas de energía dirigida, y en particular las armas de radiofrecuencia, son una posible solución para contrarrestarlos.
El auge estratégico de los drones en la guerra moderna
El nuevo papel de los drones en el campo de batalla es un ejemplo más de la dualidad inherente de muchas tecnologías empleadas en aplicaciones militares. Los UAV se están desarrollando desde hace muchos años para su utilización en actividades de defensa y seguridad. Sin embargo, solo cuando las tecnologías implicadas maduraron lo suficiente para poder emplearlas en ámbitos civiles, se han abierto nuevos usos y mercados que han conseguido, además de incrementar sus prestaciones, un radical abaratamiento de los procesos de fabricación, especialmente, en los drones de pequeño tamaño.
A medio y largo plazo, la amenaza será la presencia en el campo de batalla de enjambres de drones, volando autónomamente y coordinados entre sí, atacando a la vez posiciones y plataformas desde diferentes direcciones y con diversos artefactos explosivos. Se están diseñando y desarrollando sistemas antiaéreos para combatirlos, sistemas que requieren una extraordinaria precisión en la localización de los blancos y en el apuntamiento de las armas. Otra alternativa, en la que se tienen fundadas esperanzas, es neutralizarlos mediante acciones de guerra electrónica.
Los elementos electrónicos de los drones que son susceptibles de sufrir un ataque
– Enlaces de datos. Con ellos se controla remotamente el dron, mediante el enlace ascendente, a partir de las lecturas de sus sensores de navegación transmitidas con el enlace descendente. Son los elementos más fáciles de interferir pues se pueden detectar las señales mediante receptores que barran el espectro electromagnético, localizarlas mediante radiogoniómetros, e interferirlas con antenas de alta ganancia.
– Sistemas de comunicaciones. Son empleados para transmitir las informaciones obtenidas por los sensores que incorpora su carga útil. En los drones comerciales típicamente es una cámara en el espectro visible. Se pueden interferir también con cierta facilidad y, aunque no se inutiliza al dron, sí su operación cuando está siendo controlado con la información de la cámara.
– Los controladores de vuelo, sensores y procesadores con los que se configura el sistema de navegación, incluye componentes como un receptor GPS o radio-altímetros, susceptibles de interferidos y unidades inerciales y microprocesadores susceptibles de ser afectados solo por señales de mucha energía.
La siguiente generación de drones de uso civil y militar podrán no utilizar enlaces de radio y navegar autónomamente basándose en sistemas inerciales muy precisos, sistemas de visión artificial embarcados y algoritmos de inteligencia artificial. ¿Serán inmunes a las acciones de guerra electrónica? La respuesta es no. El ataque electrónico se dirigirá contra el resto de los componentes electrónicos que inevitablemente debe de llevar el dron, pero se requerirá mucha más energía proporcionada por lo que se conoce como armas de energía dirigida.
Las armas de energía dirigida para contrarrestar drones
Tienen capacidad de atacar a la velocidad de la luz, alta precisión y la posibilidad de efectuar múltiples disparos casi instantáneos, sin necesidad de recarga entre ellos.
Son de tres tipos:
– Microondas de Alta Potencia (en adelante HPM, High Power Microwaves). Si trabajan a una frecuencia inferior a 10 GHz no se ven afectadas por las condiciones atmosféricas, pero dada la longitud de onda utilizada es difícil concentrar la energía en un haz muy estrecho y se requieren grandes potencias y antenas. Como contrapartida, pueden abatir varios blancos simultáneos si están dentro del haz. Actúan sobre los componentes electrónicos del objetivo sometiéndolos campos electromagnéticos que superen los de ruptura de alguno de ellos para degradarlo o destruirlo.
– Láseres de Alta Potencia (en adelante HEL, High Energy Laser). Emplean fuentes coherentes en las bandas electroópticas, sus longitudes de onda de nanómetros permiten concentrar eficazmente la energía sobre el blanco. El haz es tan estrecho que requieren sistemas de apuntamiento muy precisos. Están muy afectados por las condiciones meteorológicas pues la atmosfera dispersa y absorbe parte de la energía y las turbulencias pueden desviar el haz. A diferencia de las HPM, actúan elevando la temperatura de los materiales y componentes electrónicos para degradarlos o destruirlos.
– Armas de haces de partículas (en adelante PBW, Particle Beam Weapon). emplean haces de partículas de alta energía, aceleradas mediante intensos campos electromagnéticos. Al impactar contra un objetivo, transfieren su energía cinética, alterando su estructura física. Poseen una notable capacidad de penetración, pudiendo atravesar materiales sólidos y blindajes, además de generar un calor intenso, ionizar átomos y romper enlaces químicos, lo que se traduce en daños extremadamente severos. No obstante, su eficacia se ve limitada por la dispersión del haz al interactuar con las moléculas del aire, lo que restringe su uso a condiciones meteorológicas óptimas. Además, requieren sistemas de puntería de altísima precisión.
Defensa eficaz contra drones con haces electromagnéticos
La necesidad de proteger las fuerzas, plataformas e infraestructuras de la amenaza que suponen los drones determinará el desarrollo de un nuevo tipo de guerra electrónica, a más corta distancia, donde las armas basadas en el empleo de haces electromagnéticos de alta intensidad pueden jugar un papel importante.
Este texto es un resumen del artículo de Félix Pérez Martínez
Academia de las Ciencias y las Artes Militares.
Sección de Prospectiva de la Tecnología Militar
Para leer el texto completo: https://www.acami.es/wp-content/uploads/2025/05/Drones-comerciales-y-guerra-electronica-web.pdf