Desafíos operativos de los drones futuros

La libertad de acción que caracterizó a las operaciones con aviones teledirigidos en las últimas décadas está disminuyendo rápidamente, con la introducción de técnicas avanzadas de guerra electrónica, interferencias en las comunicaciones y capacidades contra los vehículos aéreos no tripulados.

Las fuerzas aéreas, que fueron pioneras en el uso de los vehículos aéreos no tripulados en los años noventa y principios de la década de 2000, ya han experimentado la interrupción o explotación por parte de los adversarios de los enlaces de datos desprotegidos, lo que conduce al fracaso de las misiones de combate y a la pérdida de vidas humanas.

Los planificadores militares asumen que, la generación actual de sistemas no tripulados sería incapaz de llevar a cabo las misiones que ahora realizan en entornos no disputados. Por lo tanto, es necesario introducir cambios importantes en los UAVs actuales, para prepararlos para las operaciones en entornos anti-acceso y de zona denegada (A2/AD).

Estos cambios se atribuyen a tres áreas principales: La integración de ayudas a la navegación protegidas y más robustas, enlaces de datos reforzados y pilotos automáticos más inteligentes, que prepararían a los UAVs para su funcionamiento en el espacio aéreo en disputa, pero no los hará capaces de sobrevivir frente a los activos enemigos de anti-acceso, como los misiles avanzados de superficie- aire (SAM) y los cazas hostiles.

Los drones deben transformarse para poder sobrevivir y funcionar en un entorno tan peligroso. Deben ser sigilosos, mucho más autónomos, y funcionar tanto desde el punto de vista de la distancia como de los sistemas prescindibles o redundantes. A continuación, se presentan algunas de las mejoras consideradas para permitir que los futuros drones sobrevivan y tengan éxito en el entorno A2AD:

Sigilo

Para sobrevivir en el espacio aéreo de acceso denegado, las plataformas aéreas deben mantener las firmas de radar, térmicas y electrónicas más bajas. Por ejemplo, el avión teledirigido semi-furtivo podría mantener una trayectoria de vuelo de firma minimizada, para evitar la detección a larga distancia, el mantenimiento de un control de misión autónomo permitiría una actividad de enlace de datos limitada utilizando comunicaciones de baja probabilidad de interceptación (LPI).

Supervivencia

Utilizando contramedidas electrónicas (ECM) para la autoprotección, los drones pueden suprimir su propia firma utilizando ECM de potencia relativamente baja. La operación autónoma y la robusta protección cibernética podrían ser empleadas para neutralizar los ataques de los adversarios contra la aviónica del avión no tripulado y sus sistemas de misión.

Distancia de seguridad (Standoff)

En el campo de batalla lineal, la capacidad de realizar la teledetección mantendría a los drones alejados de la artillería SAM y del ataque enemigo. Estos mismos atributos permitirían a los aviones teledirigidos colaborar en misiones operativas con radar de apertura sintética, vigilancia marítima e inteligencia de señales (SIGINT), al tiempo que mantendrían una distancia segura de las defensas aéreas adversarias.

Costes

Al popularizarse las plataformas para el transporte futuro, los usos comerciales, incluso para los juguetes de entretenimiento más populares, la tecnología de los aviones no tripulados es cada vez más barata y potente, ya que las plataformas, la aviónica, los sensores, los procesadores y las fuentes de energía son cada vez más potentes e inteligentes gracias a los nuevos algoritmos que proporcionan funcionalidades sofisticadas. A medida que se reduce el costo de la tecnología, los aviones teledirigidos se convierten en desechables, por lo que funcionan como «armas inteligentes y autónomas, con funciones de merodeo en el aire, para desorganizar o destruir objetivos clave del enemigo». Esas armas ya están en funcionamiento hoy en día, en pequeñas cantidades, sobre todo en misiones controladas o supervisadas por el ser humano.

Fte. Popular Mechanics