No todo son ventajas en las compras de material militar a EE. UU.

Soldados del Ejército de EE.UU. sentados en un carro de combate principal M1 Abrams (Ejército de EE.UU.)

El programa de Ventas Militares al Extranjero (Foreing Military Sales-FMS) consiste en la venta de material militar mediante un acuerdo gobierno a gobierno para la promoción de la paz mundial, si bien puede financiarse con fondos nacionales del país o del gobierno de EE. UU. Se trata de una herramienta fundamental de la política exterior estadounidense.

El secretario de Estado determina qué países pueden optar a estos programas, el Senado los aprueba y el secretario de Defensa los ejecuta, prueba del interés político de las ventas.

Las compras se hacen a través de los ejércitos estadounidenses, dependiendo del material que se adquiere, lo que facilita las adquisiciones de altas tecnologías y la logística asociada a la compra, pero condiciona las entregas a sus necesidades.

A la vez, como consecuencia de su interés político, presentan inconvenientes para el país comprador, como:

  • No puede emplear ese material sin permiso de EE. UU. en conflictos que vayan en contra de sus intereses.
  • No se puede enajenar ese material sin permiso de EE. UU.

Finalmente, EE. UU. actualiza constantemente la tecnología de su armamento, algo que resulta difícil hacer a los compradores por su coste asociado, con el riesgo de que lo adquirido se quede obsoleto en un plazo relativamente corto, debido a la inexistencia de repuestos.

Por tanto… No es oro todo lo que reluce.