Cocinando (y reduciendo) la Ración de Combate Moderna

Los soldados siempre han necesitado raciones portátiles, porque no siempre están acampados en una base con una tienda de campaña y un cocinero. Esas raciones deben ser no perecederas, ligeras y lo suficientemente pequeñas como para que puedan llevar suficiente comida para una misión que podría durar varios días.

Pero no importa cuán pequeñas y ligeras sean las raciones de combate, siempre pueden ser más pequeñas y ligeras.

Natick es una base del US Army, en la que científicos militares están desarrollando nuevas tecnologías como la aglomeración sónica, el secado por microondas al vacío y el hisopado sónico de alimentos para combatientes y astronautas, que les ayudarán a mejorar su rendimiento, al proporcionarles alimentos calóricos, nutrientes y con sabor, pero sin pesar una tonelada ni ocupar mucho espacio.

Y todo esto manteniendo la integridad vitamínica, para que soldados e incluso astronautas puedan comer esa comida, sentirse satisfechos y mantenerse sanos, con una prioridad añadida: hacer que los alimentos duren tres años sin refrigeración.

La liofilización, que se ha usado en la producción a gran escala desde 1940, fue el proceso común para reducir el peso de las comidas. Pero ahora, el secado al vacío por microondas lo ha complementado, reduciendo aún más el peso de las raciones.

Así es como funciona: se coloca un alimento en un tambor giratorio o en una bandeja, que luego se mete dentro de un gran equipo similar a una lavadora equipado con una potente bomba que crea un vacío, lo que baja el punto de ebullición del agua dentro de la máquina a sólo 20 grados centígrados. Ese alimento puede ser luego horneado en un microondas a la temperatura de un agradable día de primavera.

Después de una hora de suave batido, alrededor de la mitad del agua se ha vaporizado. El alimento ahora pesa la mitad de lo que pesaba cuando empezó, pero todavía mantiene su sabor. En virtud de la forma en que se seque, ese alimento será más flexible que otro liofilizado. Así que se puede comprimir para que sea denso, masticable y diminuto (lo mismo puede ser un plátano, una hamburguesa con queso o una rebanada de tarta de queso al estilo de Nueva York). Se puede consumir tal cual o rehidratado con agua.

Pero puede reducirse aún más, una técnica llamada aglomeración sónica. Después de que un alimento haya sido secado, se coloca en una «soldadora ultrasónica», donde se presiona dentro de un molde pequeño que tiene un diámetro un poco más grande que una pelota de golf. A través de una combinación de presión y vibración sónica, los bordes de las partículas de comida comienzan a soldarse, haciendo que todas las partículas de cualquier ingrediente que se puso en el molde se fusionen.

Queda un pequeño y denso disco de comida, que cabe fácilmente en la palma de la mano, pero que también contiene cientos de calorías. El soldado puede comerlo mientras se desplaza o rehidratarlo para hacer algo como una pasta o sopa.

Todo el proceso dura aproximadamente una hora. La liofilización puede haber llevado dos días.

El equipo de Natick ha estado experimentando con diferentes formas de encapsular los nutrientes en los discos para que resulten más duraderos. Han obtenido los mejores resultados al encapsular las vitaminas en la grasa para colocarlas en alimentos bajos en grasa y al encapsularlas en almidón para alimentos altos en grasa.

Y aunque esto es útil en circunstancias militares, el beneficio real será para los astronautas. En misiones extremadamente largas al espacio, los alimentos tradicionalmente secados y envasados pueden no ser capaces de mantener mucho contenido vitamínico debido a la radiación cósmica y al paso del tiempo. Las pruebas actuales de Natick muestran una integridad vitamínica significativa durante cinco años, lo que es tiempo suficiente para llevar a la gente a Marte, sin escorbuto.

Además, han desarrollado algo llamado hisopo sónico, esencialmente un cepillo de dientes eléctrico con una cucharilla en el extremo. Ese extremo agita la superficie de un área de preparación de alimentos o, por ejemplo, una máquina en una fábrica- y ataca a cualquier bacteria oculta en las grietas microscópicas.

En Natick están tratando de dar a nuestros militares comida que dure y ocupe un espacio mínimo, y eso ya es bastante difícil. Hacerlo delicioso es casi imposible.

Pero esta comida es para los soldados. No para un chef de Nueva York con acceso regular a caviar, langostas y la mejor pizza del mundo.

Fte. Popular Mechanics