En las profundidades de la provincia china de Xinjiang, el Ejército Popular de Liberación chino (PLA en siglas inglesas) ha construido dos portaaviones. Pero a diferencia de los ya existentes en China, el Liaoning y el Shandong, estos dos no son reales, sino maquetas construidas a miles de kilómetros del Océano Pacífico.
No sólo eso, sino que estos barcos guardan un sorprendente parecido con los portaaviones estadounidenses; por lo que es muy probable que se hayan construido para practicar la localización, el seguimiento y la destrucción del bien más preciado de la US. Navy, según explica el analista de inteligencia de fuentes abiertas H.I. Sutton a Popular Mechanics.
Los objetivos de los misiles son claramente estadounidenses, dice. «Las dimensiones, el trazado y las marcas no dejan lugar a dudas. Estos objetivos están diseñados para representar a los buques de la Armada de Estados Unidos. Otros adversarios potenciales con portaaviones: la Royal Navy y la Armada japonesa, parecen no tener problemas. Pero las maquetas móviles pueden configurarse posiblemente para representar varios tipos de buques».
Sutton dio la primera noticia sobre las maquetas el 7 de noviembre en un artículo para U.S. Naval Institute News (USNI). Dos días después, informó sobre un segundo portaaviones objetivo de misiles. Ambos modelos aparecen en las imágenes de satélite que obtuvo el USNI.
El primer modelo es una maqueta a escala 1:1 de un portaaviones construido en el desierto de Taklamakan, en la provincia occidental china de Xinjiang. Según USNI News, el objeto cuenta con una cubierta de vuelo en ángulo (exclusiva de los portaaviones estadounidenses) y dos objetivos que se asemejan a los destructores de misiles guiados de la clase Arleigh Burke.
A unas 300 millas de distancia, Sutton divisó un segundo objetivo de portaaviones. Este es un modelo a subescala, con 246 pies de largo. Está colocado en una vía de ferrocarril de 35 millas, aparentemente para simular un barco en movimiento. El portaaviones está equipado con reflectores de radar diseñados para garantizar que un radar pueda detectarlo. Sutton señala que, a diferencia de la otra maqueta de tamaño natural, este modelo de portaaviones tiene una isla visible que da a la cubierta de vuelo, también provista de reflectores.
El propósito de las maquetas es claro: permitir al PLA averiguar cómo destruir los portaaviones estadounidenses en el mar. Los portaaviones, campos aéreos flotantes con hasta 44 cazas de ataque cada uno, son el activo militar convencional más potente del Pentágono y serían obstáculos formidables para China en una guerra. En particular, los portaaviones podrían oponerse a la invasión china a Taiwán, ayudar a defender el territorio japonés, bloquear el transporte marítimo de China e incluso realizar ataques aéreos contra territorio chino.
La neutralización de los portaaviones estadounidenses daría a China mayor libertad de acción en el Pacífico. El problema es que destruir un portaaviones de propulsión nuclear de 1.100 pies de largo que se desplaza a 30 nudos no es una hazaña sencilla, especialmente cuando opera en un área tan grande como el océano Pacífico occidental.
China necesita una red de plataformas de vigilancia, compuesta por portaaviones, buques de superficie, drones aéreos e incluso satélites, para buscar un portaaviones a lo largo de miles de kilómetros cuadrados. Una vez que lo consiga, necesita una red de comunicaciones (con estaciones terrestres, aviones, drones y satélites) para informar del avistamiento. Si decide atacar, necesita armas capaces de dar caza a los portaaviones y hundirlos. Todo esto se conoce como la «cadena de la muerte», y sin los eslabones individuales, la cadena se rompe.
Los modelos se han construido para los últimos eslabones de la cadena de muerte, las armas necesarias para atacar a los portaaviones en el mar. En este momento, las armas de las China dispone son principalmente misiles balísticos antibuque (ASBM). China es uno de los pocos países que emplea misiles de alcance medio e incluso intermedio (2.485 millas) para atacar objetivos con ojivas convencionales, tras haber creado un arsenal de misiles balísticos en la década de 1980 debido a su incapacidad para desplegar un bombardero.
China dispone de al menos dos tipos de ASBM: el DF-21D de medio alcance (963 millas) y el DF-26 (2.485 millas). Los misiles balísticos están pensados para atacar objetivos fijos e inmóviles, pero parece que los chinos han resuelto el problema de los objetivos móviles haciendo que la ojiva del misil sea maniobrable y dotándola de un buscador. Este buscador podría incluir sensores infrarrojos o de radar, pero la presencia de reflectores de radar en las maquetas de los portaaviones chinos parece confirmar que los ASBM están equipados con buscadores de radar.
Un misil balístico antibuque sigue una trayectoria balística, volando a gran altura en la alta atmósfera o en la órbita terrestre baja, descendiendo al acercarse al objetivo. A medida que desciende, el buscador que apunta hacia abajo busca un objetivo del tamaño de un portaaviones. Si lo detecta, maniobra para situar el objetivo en su trayectoria de vuelo.
Si todo va según lo previsto, la ojiva impacta sobre el portaaviones desde arriba, a velocidades de Mach 1-5, atravesando la cubierta de vuelo. La presencia de simulacros de destructores sugiere que los ASBM pueden tener la capacidad de atacar buques más pequeños, quizás hundiendo uno como disparo de advertencia sin destruir un portaaviones y los 6.000 marineros e infantes de marina a bordo.
El descubrimiento de maquetas de portaaviones en Xinjiang demuestra que China está practicando ejercicios para enfrentarse a portaaviones en movimiento.
Aunque es alarmante, no significa que haya que entrar en pánico. La cadena de muerte es un proceso complejo, difícil incluso para nuestras fuerzas, y algunos eslabones, especialmente las comunicaciones, son muy frágiles. La tarea de China es más difícil de lo que parece.
Fte. Popular Mechanics