China e Irán han firmado recientemente un acuerdo de asociación estratégica global por valor de 400.000 millones de dólares en 25 años. Este acuerdo tendrá un gran impacto positivo en la Belt and Road Initiative. China será un aliado fundamental de un actor clave en Oriente Medio, con una gran influencia en la geopolítica euroasiática por la ubicación geoestratégica de Irán y su riqueza en recursos naturales.
China e Irán son amigos desde hace décadas por la injusta política estadounidense y la divergencia ideológica y política con la mayoría de los Estados occidentales. Este paso aumentará la influencia china en la región, lo que puede obligar a Estados Unidos a reconsiderar su estrategia hacia Oriente Medio. Las negociaciones internacionales con la Administración iraní pueden conducir a la reactivación del acuerdo nuclear, coincidiendo con la firma del acuerdo sino-iraní.
Además, se están celebrando conversaciones entre Irán y Arabia Saudí con la mediación de Irak para restablecer las relaciones diplomáticas. Por tanto, Irán se encuentra en una posición de fuerza, lo que puede beneficiar a la política exterior china en la región.
La posición de China en Eurasia se ve favorecida gracias a su alianza con Rusia e Irán. El reciente acuerdo chino-iraní contribuirá al éxito de la Belt and Road Initiative y facilita la expansión estratégica de China. Esta Iniciativa se remonta a septiembre de 2013, cuando el presidente chino Xi Jinping visitó Kazajistán y anunció la iniciativa desde la Universidad Nazarbayev de Astana, cuando pronunció su famoso discurso titulado «Promover la amistad entre nuestros pueblos y trabajar juntos para crear un futuro brillante». Entre sus palabras, «Para estrechar los lazos económicos, profundizar en la cooperación y ampliar el espacio para el desarrollo en la región euroasiática, debemos adoptar un enfoque innovador y unir nuestras manos para construir un «cinturón económico a lo largo de la Ruta de la Seda». Podemos empezar trabajando en áreas individuales y enlazarlas con el tiempo para cubrir toda la región». Con estas palabras, el presidente chino presentó al mundo el concepto de Cinturón y Ruta, o Cinturón Económico de la Ruta de la Seda (丝绸之路经济带).
El Acuerdo de Cooperación Estratégica de 25 años entre China e Irán será un medio para impulsar la cooperación militar conjunta, intensificar los intercambios económicos y transformar las relaciones políticas en una alianza estratégica inquebrantable.
China empleará las instalaciones vitales de Irán y accederá a grandes cantidades de recursos naturales para satisfacer sus crecientes necesidades tras el anuncio de la Iniciativa. La visita del ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, a los líderes árabes del Golfo y, posteriormente, la firma del megatratamiento con Irán indican una nueva mentalidad china en Oriente Medio. Este movimiento estratégico chino se produjo justo después de las conversaciones entre Estados Unidos y China en Alaska, que no fueron satisfactorias para China.
Algunos estudiosos señalan que Oriente Medio será el escenario de una intensa competencia futura entre EEUU y China. Se trata de una lucha fuera de las fronteras nacionales por el acceso a las fuentes de energía.
China-Rusia-Irán es el trío más poderoso de la región y la columna vertebral de Eurasia. Existen varios acuerdos entre China y otros países, incluido el acuerdo de cooperación nuclear con Rusia firmado a principios del siglo XXI.
El reciente acuerdo chino-iraní forma parte de una serie de acuerdos chinos celebrados con sus aliados para mejorar su posición internacional. La cooperación chino-iraní nunca se ha detenido.
Este acuerdo elevará la relación bilateral y convertirá a China en el socio preferido de Irán, teniendo en cuenta que este país cuenta con un ejército fuerte, ubicación geográfica estratégica y enormes recursos naturales. Todos estos elementos son atractivos para China y otros países que aspiran a una posición privilegiada en Oriente Medio.
Estados Unidos se ha unido a Australia, Japón e India en la primera reunión de los líderes de la Quad, organizada por videoconferencia desde la Casa Blanca. La política India-Pacífico del presidente Biden dependerá en gran medida de esta reunión, que constituye una alianza no declarada para frenar o impedir el avance chino.
Recientemente, las relaciones chino-europeas se han visto afectadas por la política de sanciones y la campaña occidental contra China bajo la bandera de la violación de los derechos humanos en Xinjiang (Región Autónoma Uigur). Creo que esa política de las anteriores administraciones estadounidenses hacia Irak, Afganistán, Vietnam y otros países puede no funcionar con China, porque posee la segunda economía más grande después de la estadounidense, un ejército bien desarrollado, una masa humana masiva, así como una extensa red de alianzas.
La guerra comercial y las permanentes escaramuzas políticas entre China y Occidente tendrán un impacto negativo en la economía internacional. Tanto EE.UU. como China tienen enormes negocios con la mayoría de los bloques económicos internacionales, incluido Oriente Medio y concretamente los países del Consejo de Cooperación del Golfo, por lo que es poco probable que China anule la presencia de EE.UU. en la región y es imposible que EE.UU. pueda disuadir a China de su avance.
Irán se sentirá más cómodo al tratar con sus vecinos del este, por lo que es más probable que el último acuerdo consolide la integración de Irán con la periferia euroasiática. Sin embargo, si el acuerdo nuclear se convierte en una realidad, la aplicación del acuerdo sino-iraní puede tambalearse parcialmente. Los dirigentes iraníes han estudiado detenidamente el acuerdo sino-iraní antes de tomar una decisión desde que se planteó la idea en 2016.
El acuerdo estratégico sino-iraní puede beneficiar a Occidente en caso de que se levanten las sanciones económicas a Irán y se alcance un acuerdo nuclear, lo que podría establecer la cooperación sino-europea con Irán.
El acuerdo sino-iraní reforzará la resistencia del eje oriental antiimperialista. La cooperación militar, económica y política conjunta en la última década entre China, Rusia e Irán es una fuente de preocupación para Estados Unidos y puede amenazar sus intereses internacionales. El acuerdo chino-iraní es un golpe para Occidente en un momento de recesión económica internacional como consecuencia del COVID-19. Por lo tanto, la administración Biden se está apresurando a volver al acuerdo con Irán, a detener las guerras en Yemen y en otros lugares, y a retirar las fuerzas estadounidenses de Afganistán. Estas decisiones estratégicas sin precedentes indican un estado de confusión para EE.UU., que prepara el camino para un nuevo orden mundial.
Fte. Modern Diplomacy